Y luego dicen que es una falacia y un bulo eso de que se está intentando blanquear a los terroristas de ETA y a sus simpatizantes. La última oda a este asqueroso y repugnante blanqueamiento ha salido de la boca de la abogada y presentadora Inés Hernand, quien en su visita a los concursantes de Operación Triunfo compartió una opinión para la que se me ocurren muchos calificativos, pero que por decoro me los voy a quedar para mí.
En su charla con los triunfitos y hablando del mundo de la desinformación y de la inmediatez, puso como ejemplo la tergiversación que había en relación con ETA, añadiendo que “la izquierda abertzale vasca era pacifista. Tú escuchas a algunos líderes de la izquierda abertzale vasca y te dicen: perdona, yo he llevado a gente aquí al hombro en el ataúd”. Tras esta intervención y viendo el revuelo que se montó, hizo una aclaración en redes sociales condenando la violencia de ETA y diciendo que “no toda la izquierda vasca era violenta y asesina. Mucha era pacifista y cargaba con los muertos de vecinos asesinados”.
La única duda que me surge es cuándo ha sido sincera, si en la conversación distendida en el programa de televisión o en su aclaración en redes sociales, porque existe una diferencia abismal entre una y otra. Decir que parte de la izquierda abertzale vasca era pacifista está al mismo nivel de negacionismo histórico que afirmar que parte de los nazis amaban a los judíos o que con Franco se vivía mejor que ahora. Eso sí, donde no mintió fue al decir que miembros de la izquierda abertzale vasca llevaron en sus hombros ataúdes. Claro, pero le faltó añadir que no eran víctimas de ETA, sino colaboradores o miembros de la banda terrorista que, por ejemplo, murieron mientras manipulaban una bomba destinada a matar a inocentes o en un enfrentamiento con la Guardia Civil.
Evidentemente, no toda la izquierda vasca era violenta. Es más, no son pocos los cargos del PSOE que fueron asesinados por ETA y que sus compañeros de partido sí llevaron a hombros dentro de un ataúd. Solo ella sabe la intención que buscaba con sus palabras ante los jóvenes cantantes, pero es paradójico que ella criticara que ciertos políticos hablaran con ligereza sobre ETA y luego arrojara un cubo de pintura blanca, voluntaria o involuntariamente, para tapar la sangre derramada por los terroristas y sus cómplices. No estaría de más que OT invite a una víctima de ETA para que explique a los concursantes cómo era de pacífica la vida en el País Vasco gracias a la izquierda abertzale vasca.