15/06/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Hace unos cuantos años, en mi querida Granada, se escuchaba una cuña radiofónica del sindicato médico que decía algo así como: «Elija libremente a su especialista, le asignarán el que ellos quieran y le operará otro».

Algo parecido a lo que estamos contemplando atónitos con el ya popular cambio de cromos de los distintos partidos políticos. Pactos, vetos, alcaldías en alternancia, listas negras, bloqueos... todo esto es lo que nos ofrece la política en estos días. Carente de ninguna base, ideal o programa, asistimossin dar ningún crédito a un reparto de nóminas alucinante. Nada vale nada, porque lo verdaderamente importante es salvar el curro para tocar pelo los próximos cuatro años.

De nada sirve ganar unas elecciones o quedar como primer partido de la oposición, porque, por insólito que parezca, el que va a mandar y decidir es el quemenos voto sacó.

Ahora el pequeño es el que lleva el martillo y la voz cantante, y en ocasiones hasta el que se permite el lujo de humillar. Me niego a creer que la política actual sea tan pesebrera, pero no paran de darnos argumentos para creer lo contrario. El último el sainete ha sido el de Villaquilambre, en el que, una vez más,ha aflorado la idiosincrasia leonesa con respecto a la política, y en el que este viejo reino ha firmado otro episodio con letras de oro. El concejal de la UPL, un profesional en esto de la democracia, un autentico got talent, ha decidido a última cambiar de criterio apoyando alcandidato que le hizo un par de trajes y le sacudió de lo lindo, a pesar de la negativa de los jefes de su partido yescudándose en los intereses de su agrupación, que no es precisamente musical. ¿Ustedes se lo creen? Mejor saquen sus propias conclusiones: Lázaro lleva demasiado tiempo en esto.

Da igual el pueblo, ciudad o comunidad autónoma. En un despacho se reúnen, pactan, quitan y ponen alcaldes que no han ganado y que no han votado los ciudadanos, porque nuestros representantes entienden esto únicamente como un mercadeo, atrás quedó el honor y las ideas. Se les ha olvidado seguir hablando sobre la despoblación, sanidad o educación. Hoy comienza la performance. Jurarán, votarán, estrenarán trajes; unos hechos a media por un sastre y otros irán con camisetas con lemas populistas. Algunos prometerán por la defensa del mastín leonés o por la gratuidad de las piscinas en verano. Pero, sobre todo, llorarán, pero no de emoción, sino de alegríaal ver que ya tienen aseguradas las nóminas que van a pillar en los cuatro próximos años.
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