Caín era el hermano desterrado del mimadín. El que hubo de resignarse a un segundo plano en beneficio del ‘elegido’, y que debió de pasar seguramente calamidades varias para poder recuperar su condición filial. Al pobre agricultor le tocó «bailar con la más fea», no sabemos si acaso al ritmo alegre de un hermoso pasodoble de zarzuela.
Y hablando de zarzuela y de género chico. No es pequeño ni desdeñable el formidable proyecto escénico-musical que las profesoras Marta Arce y Elisa Rapado, apoyadas por el Conservatorio de León, iniciaron hace diez años liderando un proyecto del que se han nutrido un gran elenco de nombres que por falta de espacio no es posible enumerar. Este sueño musical ha gestado cantantes profesionales que ya forman parte de producciones teatrales varias, ha fomentado colaboraciones entre centros educativos que ha permitido que sus profesores y alumnado haya desplegado todo su potencial creativo, ha aunado coros y orquestas generando sinergias inspiradoras, recabado a profesionales del campo de las artes plásticas, fotógrafos reconocidos y profesionales del campo del sonido. Asimismo ha logrado la colaboración de entidades públicas y privadas que han apostado por la música. Pero sobre todo, ha inyectado ilusión a los espectadores y amantes de este género lírico español que merece ser rescatado de cualquier relegación demostrando que hay vida más allá de la ópera.
Pero además, ha traído ración extra de sonrisas y disfrute para los más mayores que asisten a las representaciones tarareando las melodías que acunaron sus años mozos y para los más jóvenes que han descubierto la frescura de estas notas hilarantes y vibrantes que llevan en volandas dicharacheras a cualquiera que se deje seducir por su ritmo jovial y sandunguero.
Cada año son más las personas que se acercan a disfrutar con nosotros en cualquiera de las producciones que se han logrado llevar a cabo gracias al empeño entusiasta del alma del proyecto: Marta Arce.
Desde aquel primer sueño zarzuelero, ‘Las de Caín’, que volveremos a representar en el Conservatorio de León y hoy mismo en el Centro Cultural de Trobajo de Cerecedo, a la Verbena de la Paloma en la jugueteábamos con la Casta y la Susana, una morena y otra rubia, o posteriormente viajando de Madrid a París sin salir de casa, dejándonos envolver por los enredos de Fígaro, el Barbero de Sevilla, o revoltoseando entre los celos indecisos de Mari Pepa y Felipe. ¡Ay Zarzuela de mi vida!
Recomendaba el maestro Barbieri que se debe dirigir «al público español que paga y que va con idea de divertirse y no con la idea de oír sermones o ver horrores» y miren ustedes que aquí no se paga, todo lo contrario, pues gratis es la ‘cosa’ y cuando en ediciones anteriores se cobró entrada fue a beneficio de entidades que trabajan por el bien de la sociedad como Alfaem, Amnistía Internacional, Asociación contra el Cáncer o Manos Unidas.
Así que unidos una vez más por el amor a la música, les invitamos a acompañarnos al que ha sido considerado el género defensor de pobres y maltrechos al haber surgido de la misma entraña del pueblo del que ha sido pregonera y testigo.
Con ustedes y para ustedes, el Taller Lírico del Conservatorio de Música de León: ‘Las de Caín’.