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Besos con historia

06/01/2024
 Actualizado a 06/01/2024
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Queramos reconocerlo o no hay besos que marcan una vida e incluso a una sociedad entera. Para buscar ejemplos que ratifiquen esta afirmación los más creyentes retrocederían dos milenios hasta detenerse en el beso que supuestamente Judas dio a Jesús en su mejilla izquierda en el Huerto de Getsemaní. Por su parte, los ateos no tendrían que viajar tanto en el tiempo para señalar de manera inequívoca besos que han quedado y quedarán marcados en el subconsciente colectivo.

Evidentemente si ahora preguntáramos por un beso histórico muchos dirán el que el amigo Rubiales espetó a Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial de Fútbol femenino. Fíjense la relevancia de dicho beso, que hasta la justicia tendrá que determinar si fue consentido o no. Eso sí, que nadie sea oportunista y quiera emborronar la romántica relación entre el fútbol y los besos. Y si no que se lo digan a Sara Carbonero cuando a Iker Casillas no se le ocurrió mejor manera de celebrar la victoria en el Mundial de Sudáfrica que besarle en la boca mientras les veía toda España por la televisión. No quiero parecer Nostradamus y juguetear con la numerología, pero entre el beso de Casillas y el de Rubiales pasaron trece años. ¿Qué se podía esperar?

Se estarán preguntando por qué hoy estoy tan meloso y besucón. El motivo es muy sencillo y tiene cierto aire nostálgico. Hace unos días ha fallecido Françoise Bornet. Dicho así seguro que no les dice nada, pero si les hablo de una fotografía en blanco y negro tomada por Robert Doisneau en una terraza de París en la primavera de 1950 y en la que se ve a una joven pareja besándose y de fondo el ayuntamiento de la capital francesa, seguro que ya les suena de algo. Esa instantánea captó uno de esos besos que como comentaba anteriormente son y serán parte de nuestra historia. Y sí, la mujer de la foto era Françoise Bornet.

La fotografía de ese beso parisino se hizo cinco años después de la también mítica instantánea tomada en 1945 en Nueva York, donde un marinero y una enfermera se besaban frente a Times Square tras conocerse el final de la Segunda Guerra Mundial. Más reciente es la inolvidable foto del beso en la boca entre el líder soviético Leonid Brezhnev y el presidente de Alemania Oriental Erich Honecker con motivo del 30 aniversario de la RDA y que fue inmortalizada por el artista ruso Dmitri Vrúbel en versión grafitti en el Muro de Berlín.

Muchos de los protagonistas de estas fotografías ya no están entre nosotros, pero sus besos ya no sólo les pertenecen a ellos, sino que ya forman parte de las vidas de todos nosotros.

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