La enfermedad y el fuego son hermanas de sangre y guadaña. Ambas acechan. Casi las ves venir. Una, cuando el mercurio supera la media en cada junio de récord (otra vez). La otra, cuando hierve en un micromundo de biología inconsciente, masticando lento, dentro, lo que acabará brotando. Ambas son letales porque arrasan las huellas que van dejando tras de sí. Y enlutan, las dos, a finado bosque, con hojas o con huesos.
El fuego es un tipo malote, que comenzó con la inocencia de un niño indispensable en casa de hijo único. Su compañía era sinónimo de crecer y erguirse. Y con él nos hicimos más humanos. Pero eso fue cuando el simio se miraba al espejo del hombre. Después pensó, y le dio la vuelta a aquello que le había levantado. Las llamas que apadrinaron su adultez podían ser testigo de su maldad. Y así se crearon los mecheros, para encender cigarrillos que se anuncian como asesinos de consumo fácil. Fumar mata, advierten, que es como decir, aspira veneno. Y lo hacemos, rebuscando una excusa en el bolsillo del vicio nicótico. Encontrada: ‘no puedo dejarlo’. Pero la naturaleza del fuego es engullir a la propia naturaleza. Y lo hace dirigido por aquel al que ayudó a caminar. Sí, detrás de un fuego o hay una mano o una soga bíblica que vomita el cielo relampagueando. Primer supuesto: ¿quién prende el monte? La bondad de un amigo hablaba sola empleando el término de la incomprensión e intentando sembrar la duda entre los amigos para ver si daba un fruto de resolución. Y lo hay, porque el monte quemado pasa a viña, porque la madera ardida se convierte en billete caliente, porque la especulación llega como el testamentario tras la muerte, porque el monte negro da más juego que el vivo. Menos oxígeno también, pero, eso de respirar está sobrevalorado o ¿por qué sino vamos a negarnos a aceptar una zona de bajas emisiones? Nos quemamos porque hemos perdido el camino de lo que somos, de la inocencia del fuego. Porque solo vale lo que se cotiza. Porque un papel numerado que se corta con una mano, maneja con hilosde marioneta las dos. ¿Por qué se quema el monte? Por el deseo de ser más a ojos de mirada bizca.

Arder en miradas bizcas
27/06/2023
Actualizado a
27/06/2023
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