21/07/2023
 Actualizado a 21/07/2023
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Les voy a reconocer una cosa. Faltan solo tres días para tener que acudir de nuevo a las urnas y aún no tengo muy claro a quien votar. Aparentemente soy por tanto una de esas presas a las que buscan los partidos políticos y sus candidatos en estos últimos días de campaña para tratar de apurar esos últimos escaños que, según parece estar la cosa, pueden decidir el próximo gobierno de «este nuestro país», que dirían en aquella reunión de vecinos.

Hacia personas como yo, que no nos hemos casado con nadie cambiando de partido en partido de elección en elección e incluso amenazamos con votar a candidatos de 3 partidos distintos en las papeletas del Senado, parecen que se dirigen los esfuerzos por convencernos de que la suya es la mejor opción o, estos últimos días especialmente, la menos mala y estratégicamente más adecuada según nuestra circunscripción dando por hecho que, eso sí, lo de dudar entre bloques, ya es demasiada maniobra.

Lo cierto es que todo hace indicar que habrá que acudir a la urna el próximo domingo con una mano en la nariz y otra en la boca, con una suerte de sentido de estado que trate de impedir un mal mayor en una misión digna de las Fuerzas Armadas.

Y es que para algunos aparentemente votar este 23 de julio va a rozar la heroicidad, llegando a proponer incluso un candidato como medida de última hora que prohibirá convocar elecciones en verano como si el país debiera de parar durante 2 meses porque sí. Así que, sinceramente, si me veo muy apurado a última hora, sacaré un folio en blanco y votaré a los verdaderos protagonistas de la fiesta: esa gente de Correos, los pobres hombres y mujeres a los que les tocó mesa y especialmente a ese inocente que aún no sabe que el ir a votar a primera hora le va a costar quedarse el resto del día en el colegio. Tú sí que eres un héroe.
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