Pues aquí estamos, un año más, en vísperas del Día Internacional de la Mujer –(vaya racha que llevo, menos mal que no soy de días internacionales de nada)–. Pero, compréndame, cómo mirar para otro lado ante esta fecha siendo como soy afrancesado jacobino, cuando tiene sus orígenes históricos, entre otros, en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían «Libertad, Igualdad y Fraternidad» marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino o en la Rusia zarista, cuando ante los dos millones de soldados rusos muertos en la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas se declararon en huelga en demanda de «pan y paz», por no retrotraernos a la antigua Grecia, en la que según Aristófanes, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra. Comprenderá usted que no podía –(tampoco quería)– hacer mutis por el folio.
Mas estando como está el feminismo, por ejemplo, en este León, en que el próximo día 8-M saldrá un año más dividido a manifestarse, a hacerse presente, por mantener posturas discrepantes ante la conocida como «ley trans», la abolición del género y la prostitución, uno mucho se teme que, ante ese debate, se aparte la mirada no ya de la igualdad reivindicada, sino, lo que es peor, de la principal lacra que sufren las mujeres: la violencia de género, y ello, después de un año (2023) en que 56 mujeres, siete más que en 2022, fueron asesinadas y cuando en lo que va de año ya sean trece las víctimas mortales.
Como hombres no es para estar orgullosos y, menos aún, para que mantengamos un silencio ¿cómplice? ante el machismo de muchos de nuestros congéneres, inspirados o no por los vociferantes discursos machistas y homófobos de la extrema derecha que Vox representa. Hay que ser muy cavernícola para no asumir como propia la afirmación de Gloria Steinem de que «una persona feminista es cualquiera que reconozca la igualdad y la plena humanidad en mujeres y hombres» y actuar en consecuencia.
A peores, estudios hay que avisan de cómo el machismo crece entre los jóvenes de manera alarmante. Así, el ‘I Informe Jóvenes y Género’ realizado entre jóvenes de 15 a 29 años, concluye que un 56 % defiende posiciones «machistas», frente a un 44 % que defiende posiciones «conscientes y equitativas», siendo de destacar que de estos últimos casi un 65 % son mujeres.
¡Ánimo, machotes!, convenceros, nuestro sitio está junto a las mujeres, en su lucha por la igualdad. No regreséis a la caverna, que después os iréis al árbol. Muy monos, eso sí.
¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.