La primera piedra en la que tropezó esta columna cuando echó a andar estaba en la ‘c’ de Gordoncillo que torpemente reemplacé por una ‘z’. Un lector me corrigió y tuve que agradecer que la díscola letra no hubiera sido una vocal, por ejemplo, en Cebrones. Entonces no recibí mensaje alguno de los bedunienses (gentilicio de Cebrones) por haber citado su pueblo. Confiado, hace unas tres semanas me preguntaba en este foro si el nombre de Cebrones provendría de unas cebras medievales, que en realidad serían burros con los cuatros traseros listados. Pues bien, el historiador del pueblo, Francisco Fernández Mayo, me ha corregido, a través de una prima suya muy maja. Fernández Mayo ha escrito una magnífica obra en la que atribuye el nombre de Cebrones a las derivaciones lingüísticas surgidas del asentamiento de la tribu «saabruns», del que aporta pruebas suficientes de su presencia a orillas del Órbigo.
Aunque desmontada en un principio mi teoría de los ‘cebros’, no doy mi brazo a torcer. ¿Y por qué hay dos caballos en el escudo? Ahí concede Fernández Mayo que se debe efectivamente a que se ha considerado la versión de la existencia de estos pequeños caballos para la elaboración tanto del escudo heráldico como de la bandera municipal que fueron aprobados por el Ayuntamiento en fecha 2 de agosto de 2002 en sesión plenaria extraordinaria.
En cualquier caso, una vez más me quedó claro que de los errores se aprende y, en este caso, mucho, porque el trabajo que Fernández Mayo ha llevado a cabo sobre su pueblo es una delicia de documento tanto para los oriundos como para los de fuera. Tengo claro que este verano me daré una vuelta por allí, para seguir conociendo más de este pueblo que creo que es ya de los más nombrados en esta columna y, de paso, contradecir a otro buen amigo, que como yo muchas veces habla antes de saber, y me ha alertado "ten cuidado, que heredados junto al río y amistades en Cebrones... sí por los cojones".

Amistades en Cebrones
13/06/2016
Actualizado a
19/09/2019
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