Hay cosas que hacen los políticos, o más bien los malos políticos, que todo el mundo sabe que lo hacen, lo criticamos, es motivo de mofa, pero aun así, lo siguen haciendo y lo que es peor, parece que hay ciudadanos que aún lo compran e incluso, les gusta.
Cuando verdaderamente destaca el mal político, el populista, el que solo piensa en su propia supervivencia, es en época electoral, cuando tiran del manual del líder autoritario para aplicar las recetas que funcionaban cuando el ciudadano tenia menos formación, información y espíritu crítico.
En el caso de las elecciones municipales, alcaldes que buscan renovar el apoyo de sus vecinos, sacan la esencia del más cutre populismo, centrando todo su esfuerzo en que su pueblo o su ciudad, parezca un campo de batalla lleno de obras en una hiperactividad desaforada, intentando ocultar su desidia y falta de trabajo durante los anteriores 3 años y medio para que el votante, al que creen tonto de remate, termine diciéndoles aquello de la obra maestra de José Luis Cuerda de: «¡Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario!».
La película de Cuerda, ‘Amanece que no es poco’, es uno de los tesoros del surrealismo del cine español, pero, aun estando llena de situaciones absurdas, no tiene nada que envidiar al surrealismo que últimamente vivimos en el mundo político y del que no se escapa para nada la política municipal de la capital leonesa, con el socialista Diez a la cabeza.
En ese manual del populista que ha desempolvado el alcalde de León, no puede faltar, por supuesto, el organizar actos en el que se vea rodeado de niños, da igual el motivo. Puede ser el encendido de las luces de Navidad, plantar un árbol, repartir chupitos de agua de grifo, o la entrega de premios del concurso de tortillas en las fiestas de cualquier colegio.
Tampoco puede faltar la asistencia a todo tipo de acto que congregue a más de una docena de personas, aunque para ello vayas cenado a casa de tanto comulgar en misas, toma de posesiones de abades, bautizos y comuniones.
También, dentro de los principios del manual populista, está la de ir saludando por la calle a todo paisano o paisana como si se tratasen de tus primos de Oviedo, aunque la gente ni sepa quién eres.
Pero lo más importante, lo auténticamente fundamental de todo populista que se precie, es anunciar la resolución de cualquier promesa incumplida durante años, aunque no te lo creas ni tú, aunque insultes a la cara a tus vecinos, aunque cuando te des la vuelta te descojones de la risa. Da igual los principios. El populista notable, el de cuna, sabe que el objetivo es salir reelegido, aunque para ello en pocas semanas anuncie el soterramiento del cruce de La Granja, la segunda fase de San Marcos, la rehabilitación del Emperador o cualquier otra cosa que se tercie, sin definir ni plazos ni presupuestos.
Parafraseando el guion de ‘Amanece que no es poco’: «Déjate, déjate, que un populista en elecciones es un populista en elecciones».

Amanece que no es poco
24/03/2023
Actualizado a
24/03/2023
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