El concepto del alma se ha definido desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, sigue teniendo una evolución continua significativa, referente al contexto. Tengo la sensación de que dependiendo de la época, del año o de la situación mundial, su definición sigue variando.
Aristóteles, la definía como aquello que da plenitud al ser humano y, que por tanto, sin este no podía existir. Por otro lado, Platón sostenía que el alma podía vivir sin el cuerpo al que albergaba.
La reflexión de ambos filósofos, hace que me cuestione si alguno de ellos tenía razón, o si, ninguno, aunque quizás, ambos.
La verdad es que no estoy segura y, creo que eso es lo más cuerdo que hay en este enigma.
Por todo el universo, orbitan planetas, algunos con vida en su interior, otros habría que viajar años luz para averiguarlo. Lo más curioso, es que, aunque se supiera todo lo que hay mas allá de nuestra vista o de lo que podemos apreciar con los ojos, no tendríamos la respuesta a este enigma filosófico.
Para mí, el alma es la esencia de todo lo que veo, siento y oigo. Con esto, me refiero incluso sin los sentidos, porque se pueden ver, oír y sentir cosas que no requieren de percepción física, o por lo menos, esa es mi opinión.
De lo que, probablemente la mayoría esté de acuerdo, es en que el alma puede ser entendida como una característica que hace únicas a las personas. Tales como: el gusto por la poesía, a un determinado color u olor. Ya que, por mucho condicionamiento social al que se esté expuesto, sigue habiendo algo que convierte a cada individuo en diferente a los demás.
Pasa lo mismo con los lugares, porque dependiendo de en qué momento se encuentre la persona que los visita y también, la estación junto con su correspondiente metereología, se pueden percibir diferentes.
Todo esto, me lleva a pensar en el valor que tienen las cosas, seres vivos y personas que habitan en el mundo y, que lo conforman.
Por tanto, no comprendo cómo es posible que haya tanto odio, dolor, tristeza y rabia en él.
Cómo es posible, que se siga matando por diversión a determinadas especies y personas, justificando la sangre para enorgullecer al alter ego.
Supongo, que tratar de entender algunas cosas es imposible, a pesar, de que para Aristóteles la especie humana fuera un animal racional y, en realidad, creo que el raciocinio humano se fue antes de que llegara la capacidad para ayudar al prójimo.
Qué es el alma, siempre será lo que más querré saber, aunque, no sin antes, reflexionar sobre si la humanidad merece reconocer su papel.