Tal y como amenacé en el escrito anterior, toca comentar las declaraciones de la ministra Belarra en las que expone la solución a la falta de vivienda social accesible, tanto en propiedad como en alquiler.
Empieza haciendo un comentario sobre lo que dijo el que fuera ministro de la vivienda, muy ligado al antiguo régimen, persona que aparte de otros puestos y cargos, que fueron bastantes, y que, como era arquitecto, ejerció de Ministro de Vivienda entre 1957 y 1960. En aquellos tiempos de Maricastaña, en que el que suscribe era un imberbe muchachuelo, el señor Arrese arengó a las masas animando a que los españoles de a pie se convirtieran en propietarios de vivienda, cosa que sin duda alguna se consiguió, pues, todos a una, y desde entonces, no ha cesado de aumentar el parque de casas de propiedad privada y no hay españolito que no tenga o quiera tenerla, así que hemos de colegir que en eso, al menos, tuvo éxito, él, y todos los que vinieron detrás.
Pero esto no parece que sea lo importante, lo importante, según su comentario, es que así hemos idos de pelotazo en pelotazo y de burbuja en burbuja, pelotazo en pelotazo igual que el de los múltiples pelotazos de múltiples sectores de múltiples partidos, y burbuja igual de burbuja, y al mismo tiempo, que las burbujas económicascíclicas que nos han acompañado a lo largo de la historia. Eso es lo importante, y no que se haya conseguido el mayor parque de Europa de propietarios particulares o que él, como ministro, y todos los que vinieron detrás, se olvidaron de gestionar y promover la construcción viviendas para aquellos que nunca la van a poder tener, tanto en propiedad como en alquiler. Eso no es lo importante.
Más, no «ti preocupare» como dice el anuncio de la TV, porque la señora Belarra, ya tiene la solución… como siempre, con los caudales ajenos, por supuesto, privados.
Dice la ministra que se va a obligar a cualquier promotor de viviendas, en cualquier villa o ciudad de España, en cualquier calle de las mismas, ya sea centro, cogollo o periferia, a dedicar el 30 % del edificio a vivienda social, y de ese 30 %, la mitad en alquiler, porque, aunque vale que el capital privado se aplique para ganar dinero (sic), ya está bien de que lo sea sin límite, que eso se ha acabado y que ha de ser del modo y manera que se legisle (sic). Probablemente ha olvidado que el capital privado, y por el mero hecho de serlo, va donde quiere, y ese «donde quiere» es, precisamente, donde obtiene un obtiene un beneficio, si no, pues no va a ir.
Así como extrañado, y para que quede claro, pregunta el entrevistador: «o sea, que si alguien promueve un grupo de viviendas en Sotogrande, el 30 % ha de cumplir las condiciones de vivienda social?». Pues sí, esto es una medida anti-gueto para conseguir una sociedad transversal más igualitaria, más libre y más alegre. Sólo faltó decir lo que siempre dicen las mises universo «y la paz en el mundo».
Luego se la preguntó cómo se iba a articular la gestión, cómo iba a ser, y, ahí, la cosa empezó a hacer aguas. Que si se hablará con las autonomías (la regulación de vivienda está transferida),que había que ser muy respetuoso con ellas. Estupendo, pero según parece, eso no es así con la propiedad e iniciativa privada. Se estaba estudiando, o sea, que ni idea.
Uno, que está en este mundo del ladrillo desde hace muchos, pero muchos, años, lo primero que pensé, tal y como era de surrealista el planteamiento, es que era un montaje de esos que ahora se hacen tan perfectamente que parecen cierto, así que me acerqué a varios profesionales de la construcción y, ¡Oh sorpresa!, sí que era cierto. La pregunta, en todos los casos fue: «y tú, si es así, qué vas a hacer?». Ya puedes, amigo lector, imaginar la respuesta, en todos los casos, unos más escatológicamente, y otros menos respondieron algo así como que «va a construir su padre. No estoy loco. Si yo hago un edificio en esas condiciones, no hay quien me compre una de las que llamaríamos normales, así que, dime cómo voy a financiar las otras».
Pero es que ahora se ha escalado un punto más por encima de todo lo anterior. O se está intentando escalar, porque la verdad es que, asombrosamente, y dada la medida que se propone, la entrevista no ha aparecido más que en redes sociales y de forma muy limitada, y puesto que la Ley de la Vivienda sigue bogando en mares procelosos (parece), con vaivenes, apariciones y desapariciones, talmente cabe suponer que ha sido un globo sonda, una salida de pata de banco o, hablando de patadas, una patada a seguir, porque económicamente se pretende, como se dijo, que el bolsillo privado me arregle el problema al estado (verdadero responsable), y el bolsillo privado no va a ir por ahí, al menos en estas condiciones, y, socialmente, habrá que preguntar a los inquilinos de bloques con viviendas ocupadas si están tan felices y contentos con la transversalidad social que disfrutan.
En todo caso, y mientras esto sea una economía de mercado con una estructura que históricamente es como es, hay gentes, ministras incluidas, que parecen vivir no en otro mundo, sino en otra galaxia.

Alguien vive en otra galaxia cap.2
21/10/2022
Actualizado a
21/10/2022
Comentarios
Guardar
Lo más leído