23/07/2025
 Actualizado a 23/07/2025
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Resulta realmente difícil plasmar en unas líneas el sentimiento de desilusión y hartazgo entre los que vemos en la buena política  una herramienta imprescindible para transformar la sociedad ante los repugnantes hechos que inundan los medios de comunicación desde los albores de este verano. No puedo evitar que resuenen en mi cabeza los acertados versos de Serrat en Algo Personal. ” Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones: tienen doble vida, son sicarios del mal. Entre esos tipos y yo hay algo personal”. Comparto las palabras del Presidente del Gobierno cuando afirma que la corrupción cero no existe y me resulta hipócrita y falso decir lo contrario, porque sabemos que donde habitan seres humanos puede habitar la mala intención, desde el ambiente profesional al empresarial, pasando por las asociaciones sin ánimo de lucro a las comunidades de vecinos, raro es quien no conozca una historia o haya vivido en primera persona casos de fechorías, canalladas o incluso delitos. Comparto también que lo que nos diferencia, además de no hacerlas, es no permitirlas, denunciarlas y no tolerarlas bajo ningún concepto. “Se gastan más de lo que tienen en coleccionar espías, listas negras y arsenales; resulta bochornoso verles fanfarronear a ver quién es el que la tiene más grande”. Cuánto daño han hecho y hacen, enfangando el trabajo de muchas y muchos y aún más importante, ensuciando la causa y desprestigiando los cauces democráticos cuya construcción se llevó la vida de quienes creían que podíamos y merecíamos tener una sociedad mejor para todos y todas. “No conocen ni a su padre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños.  Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal”. Es por ello que intentar sacar rédito político en estas circunstancias provoca el mismo hedor que la propia corrupción. Los animales carroñeros que acuden al olor a muerto, demostrando que sólo el azar les coloca a este lado porque tienen el mismo respeto y les importan las causas por las que agitan las banderas mientras  tienen un asiento bien retribuido. Por supuesto, los servidores públicos deberían ser los primeros en dar ejemplo, pero también hay que decir que a la honestidad, decencia y honradez estamos todos obligados y contribuimos, o no, con ello a la sociedad en qué vivimos. La corrupción no existiría sin corruptores, ni corrompidos, sin funcionarios cómplices, sin periodistas comprados que ocultan o acusan sin pruebas, sin jueces y juezas prevaricadores…porque todo persigue un fin oscuro que requiere la complicidad de muchas y muchas. “Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar van a cagar a casa de otra gente y experimentan nuevos métodos de masacrar, sofisticados y a la vez convincentes “. No hacerlo y no tolerarlo cuando se tiene conocimiento, para muchos es insuficiente, para mí estos últimos son unos hipócritas, porque si esas dos premisas nos guiaran a todos cómo cambiaría el cuento. “Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad, a colgar en las escuelas su retrato”. Corrupción, y de la peor clase, también es la manipulación informativa, la intoxicación mediática con mentiras dirigidas a sembrar el odio, el azuzamiento de las agresiones y el linchamiento de seres humanos, espolear el racismo y la xenofobia, en Gaza y en Torre Pacheco. El fin es el mismo, el poder a cualquier precio, bajo el reinado del miedo con absoluto desprecio a los derechos humanos.  “Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera llegaron esos individuos a ser lo que son ni a quién sirven cuando alzan las banderas “. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
 

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