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Alcuetas o la grandeza de lo pequeño

08/10/2023
 Actualizado a 08/10/2023
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Para visitar Alcuetas, localidad leonesa perteneciente a la pedanía de Villabraz y situada en un fértil valle escondido entre pequeños oteros, es necesario para acceder a ella obrar con la máxima atención para no sobrepasar un pequeño cartel con su nombre que obliga en la carretera girar a la izquierda. Si así lo haces, te adentras rápidamente en un ‘pueblecito’, que, dicho así, no se ajusta a la ortodoxia oficial de ‘villa’. Al hacerlo en diminutivo, más que por referencia a su escasa vecindad (apenas 30 vecinos), es dicho para darle un merecido carácter afectivo. Su pequeña dimensión resulta inversamente proporcional a la categoría de sus moradores.

Todo parece indicar que el prefijo Al- de Alcuetas indica una asentamiento mozárabe, repoblación que tuvo lugar durante los siglos IX y X de gentes venidas del sur de la península. La proximidad a 8 km. de Coyanza –devenida Valencia de Campos primero y posterior de Don Juan– era casi toda mozárabe, según Justiniano Rodríguez («El monasterio de Ardón», Archivos Leoneses, 1964) En un ruedo de aproximadamente 10 kilómetros se encuentran Alcuetas, Zalamillas, Castilfalé, Villarrabines y Algadefe; y en uno de 20: Izagre, Albires y Cimanes de la Vega. En el caso de Alcuetas, el prefijo árabe se combina con ‘cuetas’, lugares altos defendidos o cerros de forma cónica.

Destaca sobresaliente en Alcuetas un castillo-palacio en ruina parcial y de pequeña dimensión, pero de gran encanto, seguramente edificado en el siglo XV a instancia de Alfonso Enríquez de Acuña, segundo duque de Valencia de Campos y tercer conde de Valencia de Don Juan, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1949. Para más detalles sobre él e información de otros aspectos históricos, culturales y etnográficos de Alcuetas, véase el artículo de José Luis Alonso Ponga «Análisis de la vida en las aldeas leonesas de la comarca de los Oteros» (Rev. ‘Tierras de León’, vol 23 nº 50, 1983, pp. 35-50).

Si me pronuncio sobre Alcuetas es por haber sido miembro del jurado en un certamen cultural –además de otras actividades de la misma índole–, que viene honrando últimamente a esta localidad. Se trata de un concurso de microrrelatos, el segundo en su cuenta, cuyo objetivo es dar relevancia a monumentos ruinosos o semiabandonados solo conocidos en un inmediato entorno geográfico. 

El concurso ha sido creado por el Centro Cultural ‘El cerro’, fundado en 1979, continuación del Teleclub que se creó en el año 1964 y que más tarde se transformó en Asociación Cultural. Cuenta con un espacioso local donde se realizan todo tipo de actividades, tales como celebraciones festivas, espectáculos teatrales, proyecciones cinematográficas, reuniones vecinales, etc.; contando también con una pequeña biblioteca y un Pendón que data de 1942. Los impulsores de este centro tienen como objetivo mantener vínculos culturales, al mismo tiempo que servir de acicate para impedir el desarraigo de la tierra a las personas que en ella vieron sus primeras luces. 

En el pasado mes de agosto tuvo lugar la entrega de premios del ‘II Concurso de Microrrelatos y Leyendas’. Un certamen cuya originalidad en los textos consiste, como tema obligatorio, estar relacionados con castillos, monasterios, torres y palacios existentes en la actualidad, bien conservados o en estado ruinoso, al que se presentaron 275 candidatos. Además de esta concesión, también tuvo lugar la entrega de premios al concurso de fotografías de la comarca que se convoca bajo el título ‘Rincones y recuerdos’, y que este año ha contado con más de 200 imágenes.

 

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