20/06/2023
 Actualizado a 20/06/2023
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Y llegamos al séptimo y último hábito de los que recomienda Covey en su superventas: Afilar la sierra, que significa preservar y realzar el mayor bien que cada uno de nosotros tenemos, nosotros mismos. Se trata de renovar las cuatro dimensiones de nuestra naturaleza: la física, la espiritual, la mental y la social/emocional. Y ejercitarlas de manera regular y congruente, de forma sabia y equilibrada.

La dimensión física supone cuidar efectivamente nuestro cuerpo físico: comer correctamente, descansar lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad; hablamos más o menos de tres a seis horas por semana, o un mínimo de treinta minutos al día.

La dimensión espiritual. Es nuestro núcleo, nuestro centro, el compromiso con nuestro sistema de valores, un área muy privada y de importancia suprema. Bebe en las fuentes que nos inspiran y elevan, y que nos ligan a verdades intemporales de la humanidad. Y tiene en cada persona un carácter muy distinto y diferente: a través de la meditación sobre las Escrituras, sumergiéndonos en la gran literatura o la gran música o en la manera de comunicarnos con la naturaleza.

La dimensión mental. No hay mejor modo de informar y ampliar la mente que acostumbrarse a leer buena literatura. Escribir es otro poderosos modo de afilar nuestra sierra mental. Organizar y planificar son otras formas de renovación mental: ejercitar el poder de la visualización e imaginación.

La dimensión social/emocional. Estas dos dimensiones están ligadas entre sí porque nuestra vida emocional se desarrolla a partir de nuestras relaciones con los otros y en ellas se manifiesta. ¿De dónde nos puede llegar la seguridad intrínseca?: No proviene de lo que las otras personas piensan de nosotros, ni de la manera en que nos tratan. Ni de la programación de la que hemos sido objeto. Ni de las circunstancias ni de nuestra posición. Viene de adentro.
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