25/02/2024
 Actualizado a 25/02/2024
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Freud no tiene mucho tirón hoy en día, pero una de sus más notorias revelaciones se encuentra por todas partes: el acto fallido o desliz freudiano. Expresión, omisión o acción a menudo revelan sentidos ocultos contradictorios con el declarado o pretendido por el sujeto. El acto fallido es la prueba del algodón: funciona con la exactitud de un sismógrafo para evidenciar las derivas internas de quienes disimulan cuando hacen, dicen o desatienden. Si las patrañas (ahora se dice ‘fake news’) nos dicen por dónde querrían ir quienes las fabrican, los actos fallidos revelan íntimas verdades que son incapaces de reconocer quienes los llevan a cabo. Vean unos ejemplos.

Uno: expresión. Los premios de Castilla y León de 2023 están en marcha. Consultando la convocatoria se ve surgir una nueva categoría a gusto de estos nuevos viejos tiempos: ‘Tauromaquia’. Teniendo en cuenta que las demás categorías son Investigación Científica y Técnica e Innovación, Artes, Letras, Ciencias Sociales y Humanidades, Deporte y Valores Humanos y Sociales, se concluye con facilidad que la citada y pretendida «lucha con el toro» no participa con ni concierne a los demás temas, de lo que se deduce que hoy los toros ni son arte, ni valores humanos, ni siquiera letras. Si no fuera así no haría falta tal categoría específica y podría premiarse a un torero en alguna de las otras, quizás en Deporte. Vistas desde freudiana manera diríanse bases redactadas por el Pacma.

Dos: omisión. Estos días se recuerda en un libro y varias menciones periodísticas a la difunta (y asesinada) Isabel Carrasco. ¿Se imaginan un político local, con esa trayectoria, que hubiera sido muerto a balazos, los homenajes, placas, distinciones y demás parafernalia para honrarlo que se interpondrían entre el hecho y su inminente decenio? Poca loa en este caso más allá de la conmoción inicial y las indagaciones que pretenden «explicar», aparte algún acto inmediato, casero o vergonzante. Más omisiones que alusiones.

Y tres: acción. A los ultras de derechas (antes se decía fascistas) no les gustan las bicis. Y la derecha aliada con aquellos tampoco tiene simpatías. Van quitando carriles bici y echando humo por todas partes. Tal vez por ese motivo les molesten menos las bicis si las usan los turistas y lo hacen bien lejos, por el campo, para hacerse fotos «en plena naturaleza», al salir de la casa rural. Quizás por ese motivo van a llevarlas a que paseen por encima de un monumento (ahora se dice BIC), concretamente por uno que es Patrimonio Mundial (dicen de la Humanidad). Han leído bien: un circuito de bici de montaña en los canales de Las Médulas. Este acto fallido (esperemos lo sea) anuncia que podemos esperar vuelos en ala delta por las naves góticas de nuestras catedrales. Y capeas.

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