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‘Abril, güeveril’

03/04/2024
 Actualizado a 03/04/2024
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Tras esa ritualización del final del invierno a través de la Semana Santa, se abre paso el tiempo de primavera con las celebraciones pascuales. En determinadas localidades de la provincia de León, esa procesión del encuentro entre las imágenes de la Virgen y del resucitado se acompaña por cantares, de los que tenemos diversas muestras, documentadas en determinadas publicaciones, algunas realizadas también por nosotros.


El transcurso del tiempo pascual y primaveral se va jalonando con diversas celebraciones. Una de las más significativas de abril es la de la fiesta de San Marcos, un santo relacionado siempre con el agua, como reza la fórmula rimad, bien conocida en nuestros pueblos, que comienza con esos versos de «–Agua, San Marcos, / rey de los charcos, / para mi triguito, / que ya está bonito; / para mi cebada, que ya está granada; / para mi melón, / que ya tiene flor;/ para mi sandía, / que ya está florida; / para mi aceituna, / que ya tiene una». Tal y como indica la versión mostrada, que recogiéramos hace años en Villanueva de Jamuz.


Pero, a lo largo del tiempo primaveral, entre los meses de marzo y junio, tiene lugar un proceso cíclico de la naturaleza, que es el de la generación de nuevos pájaros, a través de un proceso de anidación, puesta de los huevos, incubación y nacimiento de los pajaritos, rompiendo el cascarón a su tiempo.


Tal proceso no ha escapado al mundo campesino, que lo ha poetizado a través de una fórmula rimada que, en la provincia de León, tiene –sobre todo, en el final de la misma– distintas variantes.


Así, por ejemplo, en la comarca de Rueda, se conoce tal formulilla rimada en los distintos pueblos. En Valdealcón, por ejemplo, nos la recitaban del siguiente modo: «Marzo, nialarzo; / abril, güeveril; / mayo, pajarayo; / junio, les agarrarás pol culo; / en San Juan, volarán; / en el mes de la hierba, / se siega el pan». En los pueblos de Rueda, es habitual terminar esta formulilla en la fiesta de San Pedro («por San Pedro, / echarán el vuelo»; o «por San Pedro, / hasta el cielo»).


Mientras que, si nos trasladamos a La Cepeda y a áreas aledañas, nos encontramos, en tal fórmula rimada, con una alusión a la fiesta de Santa Marina, que se celebra –como es bien sabido– el 18 de julio. En localidades como Ferreras, Quintana del Castillo o La Garandilla, hemos recogido la siguiente variación:


«Marzo, nialarzo; / abril, gogueril; / mayo, pajarayo; / en San Juan, volarán; / y, en Santa Marina, / ganarán la vida». Esta, en concreto, es la fórmula rimada que recogiéramos en el pueblo de Ferreras, lugar de origen de nuestro amigo Antonio Natal.


Nuestras sociedades campesinas han estado siempre muy atentas al mundo natural, al tiempo cíclico, porque han vivido, y siguen viviendo, inmersas y vinculadas con él. Lo han observado y lo han incorporado tradicionalmente a su imaginario. De ahí estas encantadoras formulillas rimadas sobre la generación de los nuevos pájaros, que engrosan, como una muestra más, todo el acervo de las tradiciones orales de nuestra tierra.

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