02/07/2015
 Actualizado a 16/09/2019
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Hace unos tres años recuerdo llegar a llorar de la risa con un vídeo de un programa de televisión en el que la concursante repetía en bucle el mismo error sin caer en la cuenta ni entender por qué el resto del plató se descojonaba en su jeta. El mecanismo del juego es sencillo: uno leía una palabra y debía conseguir que el otro la adivinara. La mayoría, utilizaba sinónimos o antónimos del estilo ‘blanco’ para adivinar ‘negro’, pero ¡ay amigo! ¿Qué pasa cuando el vocablo oculto es ‘mayo’? ¿Recuerdan el abril… cerral… abril… cerral…?

Esta semana, el Ayuntamiento de Ponferrada y el ex edil de Deportes, Sergio Gallardo, han protagonizado su particular diálogo de sordos, igual de vergonzoso aunque sin ninguna gracia. Los argumentos de las partes venían a justificar lo injustificable y peor ha sido aún el mutismo de la Universidad de León que desoyendo a trabajadores y a usuarios se ha cargado una prestación, que por cierto sigue manteniendo en la capital de la provincia, sin dar una sola explicación.

Las instalaciones deportivas del campus universitario de Ponferrada ya están cerradas. Los 16 trabajadores de este servicio recibieron el último día de trabajo la carta de despido y el finiquito, en algunos casos para cerrar una relación laboral de más de once años. Y en todas las convocatorias «de urgencia» a las que fuimos llamados los periodistas los últimos cuatro días, tanto la nueva como la vieja corporación se echaron la culpa una a la otra defendiendo su trabajo y empeño para evitar el cierre. Pero, ¿de verdad le da pena al señor Gallardo? ¿Siente Gloria una «indignación monumental»? Porque de ser así, me pregunto qué sentirán los trabajadores que se han ido a la calle por la falta de acuerdo político si no es para colgarse la medalla.
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