Camiones estratégicamente colocados para impedir a la prensa ver entrar a Rajoy en el juzgado… Declara sin siluetas de imputados a su espalda… El presidente del tribunal a veces parece su abogado defensor cortándole para que no hable más de la cuenta, que cuando Mariano se pone a hablar… ¡Tiembla Génova!
Dice Rajoy que no llevaba las cuestiones de contabilidad, tampoco se le da muy bien la lingüística dado el alto número de ‘frases épicas’ que nos ha dejado para la posteridad, entonces… ¿Qué se le da bien? El que no sabe de números siempre dice: «es que yo soy de letras», pero como las «letras» también se le atragantan… ¿A quién demonios tenemos gobernando el país?
La cosa está muy clara: o Rajoy es un mentiroso corrupto, o un pánfilo que ignoraba todo lo que ocurría a su alrededor, y las dos posibilidades tienen la misma solución: la dimisión y la imputación en delitos por corrupción o bien por negligencia. Ya no me vale el ‘absshholutamente falso’ (eso lo patentó Mario Conde y ya sabemos cómo acabó).
Lo que es necesario es una limpieza profunda del Partido Popular, o eso, o declararlo ilegal como pasó con Batasuna. Y que paguen todos, empezando por Aznar, el verdadero artífice de la trama mafiosa y que siempre se va de rositas.
¿Cuánto peor mejor para todos? No, cuanto peor mejor para ellos. La maquinaria propagandística del PP trabaja al 200% para lavar su imagen distrayendo la atención con Catalunya y la amenaza de ruptura de España. Veremos en qué acaba todo esto, nos quieren convencer de que la Justicia es igual para todos (pero está claro que las sentencias no).
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