Por la feminización de los hombres

U.P.
06/12/2016
 Actualizado a 05/09/2019
Hace unos días, Pablo Iglesias levantó la polémica declarando que «la feminización de la política no se logra con más mujeres en cargos de representación», sino que hay que esforzase en construir comunidad y en incorporar el cuidado a la política, creando redes de apoyo sociales.

El problema es que en los tiempos que vivimos, en el que el 85 % de la cúpula política son hombres, creo que no es cuestión de elegir cuál es la mejor opción para feminizar la política, porque se necesitan todas. Todas, y simultáneamente, son importantes.

En realidad, la polémica es la vieja discusión sobre las cuotas que, de vez en cuando, resurge. Es evidente que si las mujeres no dejamos de ocuparnos del cuidado no podremos dedicarnos a cargos de responsabilidad en las empresas ni en la política. Es por ello que, además de políticas sociales y comunitarias, es urgente que los hombres se feminicen, como reconoció Iglesias una vez que se desencadenó el debate, diciendo «soy el primero que se lo tiene que aplicar».

Está bien reconocerlo, pero mejor sería hacerlo. Y no lo digo solo por Iglesias, creo que la idea de que ‘de nada sirve poner como portavoces a mujeres si éstas no están feminizadas’ lo piensan muchos hombres y mujeres, empeñados en exigir a las mujeres un grado de perfección que no se les pide a los hombres. Si es así, ¿podemos empezar entonces a exigir que dimitan todos los hombres que no están feminizados?
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