Pesadilla

Javier Fernández Trapote
29/08/2025
 Actualizado a 29/08/2025

Continúa la pesadilla de los incendios que en este mes de agosto están devastando y degradando nuestra bella provincia: Desde las Médulas y la Cabrera, pasando por Omaña, hasta Riaño y Picos. Por lo cerca que nos toca a todos los leoneses esta tragedia, a algunos por las excursiones infantiles al río en el 4L con nuestros padres , por nuestras primeras escapadas en el tren de Matallana, y las siguientes salidas al Bierzo y los Ancares..., afectando a nuestra identidad  y pequeña patria en definitiva, muchos no podemos pensar en otra cosa que no sea la tristeza por el panorama de ruina y desolación en la que va a quedar una parte importante de nuestro León, donde estamos siendo testigos de la rápida desaparición de los paisajes que la naturaleza había tardado siglos en modelar.

Tengo en mis manos una pequeña publicación conjunta Diputación-Junta del año 2018, titulada «PREVENIR LOS INCENDIOS ESTÁ EN TUS MANOS» donde , con ánimo de sensibilizar y divulgar, se informa de la superficie afectada por los incendios en el decenio 2007-2016, cifrándose en 80.699 Ha (ojo, en 10 años), y califica el año 2017 como «devastador» donde el fuego afectó a unas 22.000 Ha entre bosque, matorral y terreno no forestal. ¿Cómo entonces calificaremos la cifra final de este 2025 que, sin terminar agosto, ya ronda las 100.000 Ha?

No hay duda del cambio en las condiciones meteorológicas de los últimos años, con las elevadas precipitaciones en primavera y el calor tropical del verano, y que los los fuegos forestales, por estas y otras causas, han evolucionado, siendo los últimos años más extensos y virulentos. También ha evolucionado la lucha contra los incendios forestales, tanto la prevención como la vigilancia y extinción. 

De asegurar la correcta gestión de esta lucha contra los incendios y sobre todo de planificar la prevención, la responsabilidad, heredada del antiguo Icona,  la tiene la Junta de Castilla y León desde hace más de 30 años. Y para dirigir todo esto, gestionar los recursos correctamente y evitar que vuelva a ocurrir, lo único que nos falta son profesionales competentes entre los que toman las últimas decisiones. Porque los gestores políticos y los juristas de reconocido prestigio que tenemos ahora al frente, nos han fallado, con sus discursos vacíos y siempre a la búsqueda de otro culpable, cuando llevan gobernando la friolera de 38 años. Y al menos, para gestionar el medio ambiente de un territorio tan grande como Hungría, y con una extensa y diversa masa forestal, necesitamos técnicos y profesionales con un bagaje científico y una experiencia y trayectoria adquirida, a ser posible, fuera del ámbito de los partidos políticos,

Apenas han pasado 3 años de la ruina que trajo el incendio de la vecina Sierra de la Culebra en Zamora, y los que tienen como cometido gestionar esta prevención frente a los incendios, resulta que son los mismos de entonces. Han fracasado otra vez, por incompetencia, ignorancia y soberbia. Tienen que irse, porque si no lo hacen, volverá a suceder otra catástrofe ambiental, y ojalá los sustituyan profesionales formados y comprometidos a gestionar nuestro medio ambiente y consigan ralentizar el camino que llevamos hacia la desertificación, porque la cruda realidad es que «PREVENIR LOS INCENDIOS FORESTALES ESTÁ EN SUS MANOS».

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