Es observable, desde el exterior, la desidia e incuria que ‘sufre’ este magnífico templo en Lois.
El interior no lo pude visitar.
Hierbas y plantas campan por infinidad de resquicios entre las piedras, desde las torres y la cubierta hasta las losas que rodean al edificio; así como los muros del perímetro. Una estructura metálica cortanieves se ha desprendido del tejado en la fachada sur, dando aún más, la sensación de abandono total.
Un monumento de estas características no merece este trato.
Esta referencia es una más entre las innumerables que hay en la provincia. Dejénse de lemas turísticos-llamativos y actúen con celeridad y decisión en el mantenimiento y conservación de nuestro património.
León tiene que dejar de ser ‘Cuna de la Ruina’.
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