Soy médico de familia y también madre de un bebe de 5 meses. Cuando nació, por causas ajenas a mi persona y por sus necesidades (bajo peso e hipoglucemias), tuve que renunciar a la lactancia materna.
Desde entonces he tenido que soportar que me digan un montón de burradas: desde «mala madre» hasta que no quiero lo suficiente a mi hijo o que soy una desnaturalizada, una egoísta... Y constantemente me veo obligada a justificar el hecho de no haberle dado el pecho.
Ahora, después de ver crecer sano a mi hijo, reflexiono sobre la situación: quiero a mi hijo y lo he demostrado con creces.
Le he dado biberones cada tres horas a cualquier hora del día, he pasado noches de insomnio por cólicos, he hecho salidas diarias aunque mi cuerpo no aguantase, controles semanales, le he dado mimos, le he cantado canciones y le he ofrecido cariño a todas horas.
No tengo ninguna necesidad de colgar a mi hijo de mi pecho en plena calle para ser mejor, ni crear una dependencia enfermiza con mi hijo (si tengo urgencia familiar o de trabajo puedo irme tranquila porque sé que alguien puede darle un biberón sin que le produzca ninguna alteración en sus rutinas).
Ruego a la sociedad que respete a las madres que, por decisión propia o por causas superiores, tengan que renunciar a la lactancia materna, y que no las juzguen como lo están haciendo en revistas, televisión, centros de salud...
Tengo previsto tener otro hijo, y hay una cosa que tengo muy clara: le daré el biberón y esta vez no saldré llorando de ningún sitio por el hecho de no darle leche materna.
Harta de que me juzguen por no dar el pecho a mi hijo
22/08/2016
Actualizado a
31/07/2019
Lo más leído