El Partido Popular se la juega e intenta, con las que considera que son sus mejores cartas, abordar el envite de las próximas elecciones generales, que se celebrarána finales de año.
Se traslada a una población cansada y arruinada un repetitivo mensaje telepredicado que me recuerda al de los mejores vendedores de enciclopedias con los que tuve que lidiar en mi juventud.
«Nada puede fallar pues todo está encarrilado, salvo que se cometa el error de no votarnos» es en resumen el núcleo de una rancia ideología que el PP se encarga de difundir por medio de jóvenes nuevos mensajeros que hagan que la ciudadanía olvide las caras vergonzantes de la corrupción y los perpetradores de los calamitosos resultados del recorte social y las políticas financieras benefactoras de la banca.
Solamente espero que, en este futuro inminente, los ciudadanos y los peces tengamos memoria muy diferente y, ya puestos en asuntos de biología, que nadie olvide aquello de aunque la mona se vista de seda...
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