Quiero participar en esta polémica sobre la posible utilización machista del idioma, debido al uso de la palabra portavoza en lugar de portavoz. Quiero exponer primero que el género en el idioma nada tiene que ver con el género en la naturaleza, en la biología, que no se trata del sexo femenino o masculino.
En las lenguas, el género es gramatical y hay tres: femenino, masculino y neutro. Cuando se utiliza uno u otro es aleatorio y nada tiene que ver con el machismo o el feminismo. Por ejemplo, la calle es femenino, en castellano; el carrer es maculino, en catalán. ¿Por qué? Porque así se ha constituido por los hablantes a lo largo de muchos años. Nada que ver con el machismo.
En castellano hay nombres y adjetivos genéricos, ajenos al sexo. Decimos la pantera, no el pantero; decimos la hormiga, no el hormigo; decimos la cebra, no el cebro ... Así podríamos encontrar docenas de palabras.
Aquí el femenino es genérico, y no por ello se reivindica ponerlo en masculino. Igual ocurre con el portavoz: es genérico y no por ello hemos de forzar tanto la lengua con una piel excesivamente sensible y querer imponer la portavoza. Ello llegará pos sí solo si así lo acaban diciendo los hablantes.
Otra cosa es la intención y, por ello, la educación que se ha de dar a los niños y jóvenes tanto en casa como en los cetros educativos, que ha de estar encamminada a eliminar todo signo de machismo en nuestra sociedad.
En cuanto a la lengua, no hay que forzarla ni estresarla. Que ella evolucione en el pensamienteo y en el decir de ciudadanos bien educados para que se destierre ese machismo secular.
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