"No te exigen más por tener una Estrella, te lo exiges tú"
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"No te exigen más por tener una Estrella, te lo exiges tú"
Gastronomía
Esfuerzo, paciencia y buen producto son los ingredientes del éxito de Restaurante Pablo, los que mezclados en su justa proporción les han permitido alcanzar el máximo galardón en cocina a nivel internacional. "Ha sido muy duro", dicen
Juanjo Losada y Yolanda Rojo, de Restaurante Pablo, desvelaron este miércoles en Cope León los ingredientes de su éxito, aquellos que convenientemente mezclados les han permitido alcanzar el sueño de todo cocinero: que su trabajo se reconozca con una Estrella Michelin, considerada como el máximo galardón en cocina a nivel internacional. Su Estrella (la segunda para León, ya que se suma a la que tiene Cocinandos) esconde, según dicen, esfuerzo, paciencia y buen producto. Es el premio a muchos años de trabajo y sus efectos se han notado de forma inmediata. Su teléfono no ha dejado de sonar y se han disparado las reservas. Ha servido, sobre todo, para que en León se escuche su nombre y se conozca su cocina. «Hasta ahora el 70 por ciento de nuestros clientes era de fuera de León y ahora hemos conseguido que la gente de aquí se anime y venga a ver qué es lo que hacemos», reconoció Juanjo Losada en el espacio Entre Nosotras que cada miércoles emite Cope León en colaboración con La Nueva Crónica.
Así, con la Estrella les ha llegado también la fama más que merecida en su tierra, en la que en 1975 abrió el restaurante del que han tomado su nombre. Restaurante Pablo comenzó a funcionar en Michaisa de la mano de los padres de Yolanda Rojo, que apostaron por la cocina tradicional para su negocio. Tras su jubilación, Juanjo y Yolanda se quedaron con el restaurante y la marca, su nombre, pero le dieron su propio toque. «Hace diez años que le empezamos a dar vueltas y hace cuatro que le dimos ya un cambio radical, aquí en la nueva ubicación, a los pies de la Catedral, en la calle Los Cubos». Su cocina es moderna, utiliza técnicas de vanguardia, pero «sin que se vean mucho en el plato» y sin olvidar en ningún momento su verdadero objetivo, que es ofrecer al cliente platos que estén «ricos» y en los que destaque la calidad del producto, de temporada, al que tratan «con cariño».
Juanjo en los fogones y Yolanda en sala han creado el equilibrio perfecto para ser merecedores de una Estrella que premia lo que hacen y que da sentido a una trayectoria que «ha sido muy dura», afirmó Yolanda. «Nuestros comienzos han sido difíciles, empezamos desde abajo, de cero». Por eso este reconocimiento ha sido «el mejor regalo» para esta pareja, que no se plantea objetivos más allá de continuar y «disfrutarla». «No te exigen más por tener una Estrella, te lo exiges tú», apuntó Yolanda.
Restaurante Pablo cuenta con ocho mesas con capacidad para 20-25 comensales que pueden degustar por alrededor de 60 euros (bebida incluida) un menú que renuevan con frecuencia. «Más o menos al mes está todo cambiado», señaló Juanjo, que pone esmero en cada elaboración y que reserva su creatividad casi exclusivamente para el restaurante. ¿En casa?, reconoce que «lo más socorrido para un cocinero es un bocadillo. Mi vitrocerámica está nueva», bromea achacándolo principalmente a la falta de tiempo. No obstante, cuando descansan sí que disfrutan de la cocina de otros, visitan restaurantes y prueban sitios.
Así, con la Estrella les ha llegado también la fama más que merecida en su tierra, en la que en 1975 abrió el restaurante del que han tomado su nombre. Restaurante Pablo comenzó a funcionar en Michaisa de la mano de los padres de Yolanda Rojo, que apostaron por la cocina tradicional para su negocio. Tras su jubilación, Juanjo y Yolanda se quedaron con el restaurante y la marca, su nombre, pero le dieron su propio toque. «Hace diez años que le empezamos a dar vueltas y hace cuatro que le dimos ya un cambio radical, aquí en la nueva ubicación, a los pies de la Catedral, en la calle Los Cubos». Su cocina es moderna, utiliza técnicas de vanguardia, pero «sin que se vean mucho en el plato» y sin olvidar en ningún momento su verdadero objetivo, que es ofrecer al cliente platos que estén «ricos» y en los que destaque la calidad del producto, de temporada, al que tratan «con cariño».
Juanjo en los fogones y Yolanda en sala han creado el equilibrio perfecto para ser merecedores de una Estrella que premia lo que hacen y que da sentido a una trayectoria que «ha sido muy dura», afirmó Yolanda. «Nuestros comienzos han sido difíciles, empezamos desde abajo, de cero». Por eso este reconocimiento ha sido «el mejor regalo» para esta pareja, que no se plantea objetivos más allá de continuar y «disfrutarla». «No te exigen más por tener una Estrella, te lo exiges tú», apuntó Yolanda.
Restaurante Pablo cuenta con ocho mesas con capacidad para 20-25 comensales que pueden degustar por alrededor de 60 euros (bebida incluida) un menú que renuevan con frecuencia. «Más o menos al mes está todo cambiado», señaló Juanjo, que pone esmero en cada elaboración y que reserva su creatividad casi exclusivamente para el restaurante. ¿En casa?, reconoce que «lo más socorrido para un cocinero es un bocadillo. Mi vitrocerámica está nueva», bromea achacándolo principalmente a la falta de tiempo. No obstante, cuando descansan sí que disfrutan de la cocina de otros, visitan restaurantes y prueban sitios.