Vinculado al grupo de investigación de Tecnologías Avanzadas de Fabricación e Inspección (Tafi), la Unidad de Fabricación e Impresión 3D de la ULE está dirigida por Joaquín Barreiro, también director de la Escuela de Ingenierías, y cuenta con tres técnicos que diseñan y elaboran los encargos: Sofía Peláez, José Domínguez y Jara Quintanilla. Anexo a este servicio se encuentra el 'FabLab' de la ULE, un espacio que "está pensado para que los alumnos puedan realizar prototipos con tecnologías aditivas".
Los técnicos realizan trabajos en metal, resina, cerámica y materiales más específicos como el PDA, el ABS o el TPU El 'FabLab' del Campus de Vegazana arrancó justo antes del inicio de la pandemia del Covid. Por ello, hubo "un parón" en su actividad que provocó que "hasta finales de 2021 no se haya puesto casi en funcionamiento". Este servicio para alumnos e investigadores dispone de impresoras 3D que imprimen en los materiales clásicos de este tipo de tecnologías y en otros como resina. En este espacio, también albergan fresadoras, taladros, sierras, máquinas de corte por láser o por hilo y todo lo necesario para que la comunidad universitaria desarrolle sus proyectos en 3D.
Barreiro asegura que en la Unidad de Fabricación e Impresión 3D de la ULE se dan cita "tecnologías importantes y difíciles de encontrar, sobre todo todas juntas». «Es algo que la Universidad debe sacar partido porque es un lujo para ella y para León", valora el director del área.
Todo tipo de encargos
De este modo, desde los investigadores de Tafi consideran que "hay mucho dinero invertido" en este departamento y que, por tanto, la ULE "debe amortizarlo". En este sentido, confían en dar apoyo a departamentos universitarios y a empresas de dentro y de fuera de León.
Así, Sofía Peláez destaca la variedad de los sectores para los cuales ofrecen soluciones. En sus máquinas se imprimen desde componentes médicos para cirugías y prótesis hasta maquetas de casas o figuras de familiares. "Es un servicio enfocado a los equipos de investigación y, por otro lado, a las empresas y particulares para sostenernos", indica la técnica de esta unidad.

En un espacio así, en el que la imaginación es la protagonista, no pueden faltar las anécdotas. Como las de un compañero que les pidió que le imprimieran unas gafas y una funda totalmente personalizadas. "Una de las ventajas de la impresión 3D y de la fabricación aditiva es que podemos personalizarlo todo al cien por cien. Aquí tenemos de todo. Piezas de pequeño tamaño de la Catedral de León con el máximo detalle, calaveras, anillos y cualquier otro objeto de coleccionismo... Tenemos cosas muy variadas", explica Sofía Peláez.
El director de Unidad de Fabricación e Impresión 3D de la ULE considera que las tecnologías aditivas son "transversales y se adaptan a cualquier sector". Desde piezas de ingeniería bioquímica o procesos aeronáuticos, hasta réplicas históricas o papiros. La variedad de trabajos que se están realizando en este departamento es muy amplia y va más allá del mero apoyo a la investigación. "Tenemos unos equipos de bastante valor y poco habituales que se consiguieron a través de varias convocatorias a nivel nacional del Plan de equipamiento científico y tecnológico", comenta Barreiro.
Amplio abanico de materiales
Pero si el abanico de diseños y posibilidades es amplio, el de materiales que se pueden utilizar para su fabricación no lo es menos. Impresoras de metal, de cerámica técnica, de resina, de yeso, de láser, otras que utilizan nitrógeno y todas las del 'FabLab', más básicas.
Entre los materiales que se utilizan en estas salas del edificio MIC del Campus de Vegazana aparecen de igual manera los básicos de la impresión 3D, como el PLA o el ABS, y también otros flexibles como el TPU. "También estamos probando con otros, como el grafeno. Vamos investigando los materiales del mercado y los que podemos usar", explica la técnica de esta unidad.
La ULE ha invertido "mucho dinero" en el departamento y "debe amortizarlo" tanto dentro como fuera de León Así, hay materiales que están orientados a un determinado sector, como ocurre con la cerámica técnica para los satélites. "Todo va en función del material y de las dimensiones. En metal estamos limitados a piezas no muy grandes, pero podemos imprimir directamente en él, con fibra de carbono con nailon para crear piezas como mosquetones igual de resistentes que una pieza metálica pero mucho más ligeros", indica Sofía Peláez a modo de ejemplo sobre las posibilidades.
Las ventajas que permiten las tecnologías de fabricación aditiva de la ULE llegan a tal punto que se pueden crear piezas con distintos grados de rigidez en sus diferentes partes. "Hace poco tuvimos un pedido de un museo de fuera de León para hacer una réplica de las primeras escrituras que se encontraron en la civilización mesopotámica, para que pudieran tocar la pieza y comprobar sus matices sin dañar la original. Escaneamos la pieza y la imprimimos en yeso, en el mismo tamaño", señala esta ingeniera sobre otro de los encargos.
Las empresas o particulares contactan con el departamento y ellos preparan un presupuesto, que depende siempre de las características del trabajo. Por ejemplo, también se puede dar color a las piezas. "La coloración lo hace la máquina. Llena una cámara de polvo de yeso y funciona como una impresora de casa: con un eje va inyectando pegamento y pegando el yeso, mientras que por la zona exterior lo va coloreando", añade Sofía Peláez.
Esta unidad y su 'FabLab' buscan darse a conocer entre los leoneses, puesto que para muchos de ellos siguen siendo grandes desconocidos. Un lugar en el que soñar e imprimir van de la mano, en el que convertir ideas en realidades.