Padres y profesores debaten si los móviles deben estar en el aula

Dos de cada tres menores tienen teléfono propio y los psicólogos alertan de los problemas que están creando en el entorno familiar

Víctor S. Vélez
07/01/2020
 Actualizado a 07/01/2020
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El debate suscitado a finales del 2019 a raíz de una actuación de oficio del Procurador del Común en la que pedía a la Consejería de Educación mayor control respecto del uso de teléfonos móviles en los centros educativos, no ha tardado en tener su continuación en el nuevo año. En este caso los psicólogos, a través de su Colegio Oficial, también se han sumado a la advertencia de los "peligros" de los 'smartphones' en menores de edad.

Según el Procurador del Común existe una "importante heterogeneidad" en los reglamentos de régimen interior de los centros y, por ello, pide a la Junta "directrices comunes" como ocurre en Castilla-La Mancha o la Comunidad de Madrid. Tal y como explica Ricardo de Dios, uno de los responsables de la asociación de profesores Aspes-CL en León, «la mayoría» de los centros educativos leoneses contemplan en sus reglamentos internos qué hacer ante el uso de los móviles en clase. "Se activan diferentes protocolos, a veces se lleva a la Jefatura de Estudios para que sean recogidos por los padres, otras se dejan en la mesa del profesor y solo se pueden retirar al finalizar la clase...", señala el docente a modo de ejemplo.

De esta forma, aunque creen que en la mayor parte de los casos estos reglamentos cumplen con su misión, los profesores leoneses sí estarían "a favor" de una posible "reglamentación superior". Una normativa en la que consideran que siempre debería "prevalecer el sentido común" ya que "no se puede usar un teléfono en un aula como tampoco en un auditorio o viendo una película".

No obstante, esta postura encuentra importantes diferencias con la que se mantiene desde la Federación Leonesa de Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Felampa). Su presidente Arsenio Martínez señala que son partidarios de "educar y no prohibir". "Basta que prohibas una cosa para que la hagan. Hay que educar para que no se utilicen dentro del aula", consideran desde Felampa separando el "horario lectivo" del resto del tiempo que el estudiante pasa en el colegio o instituto.

Arsenio Martínez fija en el inicio de la Secundaria, "a los 11 o 12 años", el momento en el que los niños y niñas leoneses comienzan a disponer de un móvil propio. "Es una época en la que empiezan a ir andando al instituto y salen con sus amigos sin tanta repercusión. Para las familias el teléfono es una medida de seguridad", consideran desde Felampa.

¿Herramienta de aprendizaje?


Padres y profesores tampoco se ponen de acuerdo sobre si el móvil puede ser una oportunidad para la formación en el aula. Arsenio Martínez apunta a que "al ser pequeños ordenadores pueden utilizarse para buscar y ampliar contenidos", mientras que Ricardo de Dios limita este uso a las 'tablets' y "regulado".

Las amenazas para los menores


Desde el Colegio de Psicología de Castilla y León (Copcyl) aseguran que dos de cada tres niños y niñas de entre 10 y 15 años ya hacen uso de un teléfono propio. Una estadística que les planta ante una serie de amenazas , entre las que citan al 'ciberbullyng' y a diferentes formas de 'hackeo' o acoso sexual.

Según la responsable en León del Copcyl, Silvia Muñoz Manceñido, las discusiones sobre el uso o no del móvil entre los menores de edad se está convirtiendo en "uno de los principales conflictos entre padres e hijos de entre 10 y 15 años". El típico castigo de prohibir el uso del móvil crea "un estado de nerviosismo" que desencadena enfrentamientos en el entorno familiar.

Para Muñoz Manceñido, los teléfonos móviles son una comunicación "permanente e inmediata" que va creando "una necesidad". "Al final lo van convirtiendo en una necesidad como respirar o comer. Si se les priva de su modo de comunicación es habitual que caigan en conductas agresivas y en ansiedad", explica la psicóloga leonesa.

No obstante, de este incremento de los problemas derivados de las nuevas tecnologías no culpabiliza solo a los menores de edad. Según esta especialista, los adultos "tendríamos que dar mucho más ejemplo". "Los menores también nos ven contestando a llamadas continuamente y mirando 'Facebook' todo el rato", apunta Muñoz Manceñido a modo de reflexión.
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