"Nos llaman para adelantar por si todo se complica en agosto"

El turismo rural pasa del 'todo lleno' de los veranos anteriores a una ocupación del 50 por ciento, al tiempo que reclama ayudas para una situación "nefasta"

Víctor S. Vélez
26/07/2020
 Actualizado a 26/07/2020
Las casas rurales siguen a la expectativa de la evolución del Covid-19. | D. MARTÍN
Las casas rurales siguen a la expectativa de la evolución del Covid-19. | D. MARTÍN
Parece que el verano de 2020 no es para el turismo. Tampoco para el rural. Desde la Asociación Leonesa de Empresarios de Turismo Rural (Aletur) se califica a esta temporada estival como "nefasta" debido a los efectos derivados de la pandemia del coronavirus que harán caer a la mitad la tasa de ocupación.

Durante la primera quincena del mes de julio se ha funcionado "entre el 20 y el 25 por ciento", según explica su presidente Jesús del Río. En lo que va de mes, las estancias están siendo "de corta duración", cuando lo habitual en esta época del año eran reservas semanales. "Las estancias están siendo de tres o cuatro días y para de camino a otro lugar. Está mal, mal de verdad", indica el portavoz de Aletur.

Las previsiones apuntan a que la situación mejorará ligeramente a medida que avance el verano, siempre atendiendo a la evolución del Covid-19. De este modo, desde Aletur cifran en un tercio la ocupación ya reservada para esta segunda quincena de julio. "Hay muchas personas que tienen disponibilidad de fechas y nos están llamando para adelantar sus vacaciones a julio por si toda la situación se complica en agosto", explica Del Río.

A estas alturas del año, las reservas ya se situarían en la plena ocupación para el mes de agosto. Un 'todo lleno' que se ha reducido a la mitad para el mes de vacaciones por excelencia, tal y como aseguran desde Aletur. "Ya antes de materializar cualquier reserva nos preguntan por la política de cancelaciones. Hay miedo y la mayoría de las personas que llaman nos preguntan por cómo está la cosa por aquí", indica el representante de las empresas de turismo rural en la provincia de León.

Daño a la economía local


Del Río recuerda que esta falta de confianza no solo afecta a su sector y que el turismo hace funcionar a las economías locales. "Todo va unido. Si mi casa rural no tiene clientes, el restaurante de al lado tampoco dará comidas y la tienda del pueblo venderá menos. Esto está haciendo mucho daño a la economía local", manifiesta el presidente de Aletur.

Hace un par de meses, el propio Del Río analizaba en este periódico la factura que el coronavirus había pasado a su sector, con reservas a cero con el 'cerrojazo' de mediados de marzo a su actividad decretado en el estado de alarma. Antes de aquello, el balance ya era pobre con un siete por ciento de ocupación en enero por el puente de Reyes, un 11 por ciento en febrero por los carnavales y solamente un tres por ciento en la primera quincena de marzo, cuando el Covid-19 comenzaba a amenazar a la sociedad leonesa y española.

Sin peregrinos


Según explica Jesús del Río, la crisis del turismo rural está siendo especialmente difícil para aquellos alojamientos que viven de los peregrinos que transitan por el Camino de Santiago. La "nula" presencia de extranjeros ha hecho que muchos hostales y pensiones estén actualmente trabajando "al cero por ciento". "Los albergues podrían ser puntos de riesgo y, por ello, la ocupación está siendo muy baja. Algunos han decidido no abrir porque no les compensa para dos peregrinos y esto también se deja sentir en la hostelería y en la restauración", comentan desde Aletur sobre el descenso de actividad en la Ruta Jacobea.

Los turistas internacionales


A pesar de que los turistas internacionales no suelen ser clientes de las hospederías y casas rurales de la provincia, en este año los registros "han caído a cero". El turista extranjero que visita el medio rural leonés suele acudir a las "marcas" más reconocidas como Picos de Europa o Las Médulas. "Es extraño que un turista británico venga a Omaña o La Cepeda. Este año el turismo extranjero está a cero, yo por ejemplo trabajo con un portal en el que solían venir dos o tres familias que se han salido", expresa Jesús del Río.

De este modo, el sector del turismo rural leonés califica de "nefasta" esta campaña estival y reclama ayudas para poder combatir la crisis del coronavirus. Después de poner fin a meses de inactividad por el estado de alarma, los efectos de la pandemia todavía se siguen notando en las hospederías y casas rurales de todo el terriorio provincial.

Cuotas "simbólicas"


Aletur pide un aumento de ayudas para su sector ante la delicada situación que atraviesa por la pandemia del Covid-19. En concreto, la principal reivindicación es la bajada "del cincuenta por ciento o a una simbólica" de la cuota de autónomos.

El presidente de Aletur, Jesús del Río, considera que esta sería una ayuda "de verdad". "Esto es algo que sí vendría bien. El hecho de que nos quiten el IBI o las basuras está bien pero son cuotas anuales no muy altas. Lo que nos vendría bien sería ahorrarnos 800 euros de unos cuantos meses con la cuota de autónomos a la mitad y no palmaditas en la espalda", expone Del Río.

Desde Aletur también se muestran críticos con las ayudas prometidas desde la Junta de Castilla y León y que, aseguran, "no han llegado". "Las ayudas que habían prometido de 2,2 millones para 20.000 empresarios no han llegado. Al menos, de los 150 empresarios que estamos asociados ninguno ha recibido ninguna cantidad. Lo que sí que llegan son las notificaciones de qué papel hacen falta y demás. En vez de facilitar las cosas, están poniendo más trabas", manifiesta el presidente de Aletur.

Moratoria hipotecaria


Por su parte, tal y como recoge Europa Press, el Gobierno contempla una moratoria para inmuebles dedicados a actividades turísticas, por lo que otorga un período de moratoria de hasta 12 meses para las operaciones financieras de carácter hipotecario suscritas con entidades de crédito. Del mismo modo, también se plantea una concesión a las empresas dedicadas al turismo, el comercio y la hostelería que generen actividad entre los meses de julio y octubre para exonerar el 50 por ciento en las cuotas a la Seguridad Social por los trabajadores fijos y discontinuos que se incorporen a la actividad o de los que mantengan su ocupación en este intervalo de tiempo.
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