La calidad de vida, fundamental
En el caso de Elena Alburquerque, profesora de inglés con varias experiencias en el extranjero, ha apostado por emprender su vida y su trabajo en Valencia de Don Juan a través del centro de estudios Campus&Co. Según explica ella misma , «tras muchos años viviendo fuera, decidí volver a Valencia cuando nació mi hijo mayor y estuve varios años trabajando en empresas de extraescolares. Sin embargo, cuando tuve a mi tercera hija, la conciliación se me hacía más difícil y opté por desarrollar mi propio proyecto como siempre había soñado y cree un centro de estudios pero no solo para mí, para personas en la misma situación y creamos una especie de coworking educativo que nació en 2019».
Al respecto, detalla que «tenía claro que quería estar aquí y tuvo mucho que ver el hecho de tener tres hijos pequeños porque no quería jornadas largas de tener que ir a León por ejemplo y volver y Valencia de Don Juan me ofrecía una calidad de vida que no quería perder por estar en una ciudad».
Consciente de las dificultades, Elena emprendió el proyecto de Campus&Co contando con otras compañeras en situación similar «y creamos lo que yo llamo la familia Campus, porque al final cada una se dedica a la materia en la que está especializada y decide si quiere ser autónoma o empleada». «Yo me encargo de coordinar el centro y de dar clases de inglés y siempre intento dar todas las facilidades que se pueda a mis compañeras», afirma.
Pese a encontrar una gran piedra en el camino como fue la pandemia, que obligó a cerrar las puertas de su centro de estudios durante el estado de alarma y que, reconoce, «me pasa el día echando cuentas para ver cuánto tiempo podía seguir pagando los gastos sin ingreso», el centro Campus&Co recibió buena acogida y actualmente cuenta con cerca de 200 alumnos, tanto de primaria y secundaria como alumnos, para clases de refuerzo como para actividades de ocio en periodos vacacionales.
Elena asegura que «con este negocio en León seguramente podría cobrar el triple en las tarifas, pero aquí nos adaptamos a las familias porque sabemos que todos somos gente trabajadora». Por último, concluye que «sé que es un negocio para trabajar y para estar al pie del cañón. Si quisiera solo coordinarlo y ganar dinero, estaría en León, pero valoro más la vida aquí».
Creer en sí misma
Por otro lado, Mar Blanco, al frente desde 1991 de la administración y la dirección de Estructuras Robles en Santa María del Páramo, asegura que «viví en mi época de estudios en León y Zaragoza, pero desde el principio tuve claro que quería vivir en el medio rural por la posibilidad de la buena vida que ofrece». «Esta todo cerca, conoces a todo la gente y en un lugar como Santa María cuentas con casi todos lo servicios», apunta.
En su día a día laboral, Mar asevera que «es fundamental creer en una misma y en el trabajo que desempeñas para que todo salga adelante con éxito». Dedicada especialmente a la comercialización y a dar presupuestos, pero sin temor a tener que ensuciarse las manos, saca adelante junto a su hijo mayor este negocio del sector del metal y la construcción «en el que en ocasiones tienes que hacerte valer frente a los hombres y te encuentras escenas incómodas en las que tienes que mantener el tipo». Pese a parecer un sector en el que aparentemente predominan los hombres, Mar resalta que cada vez son más los mujeres que están presentes en este mundo, sobre todo en el área técnica.
Asimismo, resalta que «vivimos en una zona agrícola y nuestro negocio como otros talleres somos necesarios para la economía»; no obstante, lamenta que «el mayor pero que veo es la falta de centro formativo como había antes tanto del metal o agrarios para poder formarte y quedarte aquí».