Las conferencias se dividieron en cuatro territorios: Políticos, históricos, literarios y socioeconómicos. Cuatro mesas con grandes expertos como el arquitecto Óscar M. Ares, comisario de la XV Beau, encargado de abrir las jornadas junto a Eva Testa, vicedecana del Colegio de Arquitectos de Léon (Coal).
Para Óscar M. Ares el programa de Sahagún es una clara reivindicación del territorio rural. En su estudio, Contextos, ha trabajado en muchos pueblos, en prácticamente todos los ámbitos, desde piscinas municipales, hasta patios domésticos pasando por ayuntamientos o residencias de mayores. El territorio rural «está en el ADN» de Contexto porque «se puede hacer arquitectura en cualquier pueblo».
Es difícil hacer un bloque de viviendas con tapial, pero podemos recuperar tradiciones que asientan población, se recuperan oficios perdidos Con los pies en la tierra, Óscar M. Ares reconoce que «es difícil hacer un bloque de viviendas con tapial, pero podemos recuperar tradiciones que asientan población, se recuperan oficios perdidos que también pueden dinamizar economías locales. Muchos arquitectos se apoyan y favorecen estos pequeños municipios». Esta idea enlaza con el tema de la XV Beau, «la escala de la arquitectura de calidad». El comisario de la bienal señala que «los grandes proyectos acaban en grandes ‘consulting’ y lo que piensa en el hombre y en la persona ha quedad para pequeña y mediana escala. Tenemos que reflexionar sobre, esto. Tenemos que reclamar una buena arquitectura como una buena sanidad». No obstante, el premiado arquitecto y urbanista reconoce los grandes proyectos «se guían por otra lógica, la del rendimiento económico».
En contraste con esa grande escala, «en el tema de la materialidad hay una vuelta a la materia prima o original, en madera, bloque, ladrillo... Se recupera la economía circular».
Ares recuerda a Juan Antonio Coderch, y su idea de que «no son héroes los que necesitamos», sino «atarse el pie a la tierra». Para el comisario de la bienal, «tras dos crisis estamos muy apegados». Va más allá y considera que «la época de los festejos se acabó, tras dos disrupciones ahora retomamos aquella posición». Con esto en mente, el arquitecto reivindica en Sahagún que la arquitectura «no debe verse como algo superfluo, un diálogo en el que participan todos». Precisamente, este es una de las premisas centrales de la actual bienal, que lo demuestra deslocalizando los actos de las ciudades y trasladándolos también a pueblos como Sahagún. «No es un evento exclusivo de las grandes urbes», reclama Ares.
En definitiva, se trata de «extender a todo el territorio la capacidad de la arquitectura para transformar la sociedad, algo que también estaba cayendo en el olvido» y que la bienal ha recuperado y lo ha mostrado en Sahagún.
El patio de mi casa de Santibáñez de Valcorba (Valladolid) - Esta obra «interpreta la tradición del entorno al haberse realizado con mampostería y técnicas de cemento paleteado, propias de los municipios aledaños de la Ribera del Duero». Un ejemplo de la recuperación de esas técnicas tradicionales con una actualización. | IMAGEN :: ANA AMADO.
Piscinas públicas municipales de Castromonte (Valladolid) - Óscar M. Ares exhibe esta renovación como ejemplo de que en los pueblos también se puede hacer arquitectura de calidad y con capacidad para mejorar la sociedad. «Un proyecto que simboliza la unión entre la tradición y la memoria con lo mecánico y lo prefabricado», resumen. | IMAGEN :: JESÚS J. RUIZ ALONSO