El demonio de la despoblación extrema

Más de un centenar de localidades de la provincia de León no llegan a los diez vecinos

Víctor S. Vélez
09/05/2022
 Actualizado a 09/05/2022
Los tres únicos vecinos que residen habitualmente en Espinosa de Almanza, uno de los pueblos con menos habitantes de la provincia de León. | MAURICIO PEÑA
Los tres únicos vecinos que residen habitualmente en Espinosa de Almanza, uno de los pueblos con menos habitantes de la provincia de León. | MAURICIO PEÑA
Hay un pueblo en León en el que el único habitante censado es el demonio. Ese rincón perdido en tierras bercianas se llama Parajís y posee una de las pocas tallas de Satanás que se pueden ver en un templo cristiano en todo el planeta. Al margen de esta siniestra figura, en los datos más actualizados del Instituto Nacional de Estadística (INE), en esta localidad a la que no se la puede llamar población no hay ningún otro vecino.

El INE contabiliza 11 lugares totalmente despoblados en la provincia, sin ningún habitante. Todos ellos se sitúan en la comarca de El Bierzo, con Los Montes de la Ermita y Urdiales de Colinas en el municipio de Igüeña, Castrillo del Monte y Folgoso del Monte en Molinaseca o Santibáñez del Monte y Cerezal de Tremor en Torre del Bierzo. Con cero vecinos también se encontrarían localidades como Parajís (Balboa), Peñacaira (Barjas), Santa Lucía (Ponferrada), Paradela (Trabadelo) y La Treita (Vega de Valcarce).

La guadaña de 'O Demín' de Parajís, que podría ser la de estos otros diez despoblados, también amenaza con sumir en tinieblas a los cinco pueblos leoneses en los que solo vive una persona. Ruidelamas, también en Balboa, Barrosas y Quintela, ambos en Barjas, Leiroso, del municipio de Oencia, y Barrio de La Parte, en el Ayuntamiento de Valdesamario, conforman esta lista de aldeas que están a un solo vecino de desaparecer.

Dos no llegan a ser multitud. Y el mejor ejemplo lo aportan en Remellán (Boñar), Pedrosa (Cármenes), Tabanedo (Cármenes), La Veguellina (Valverde-Enrique), La Bustarga (Vega de Espinareda), Samprón (Vega de Valcarce) y Peón (Toral de los Vados). En estas siete localidades de la provincia, el INE solo contabiliza dos personas, ya sean dos mujeres como en La Veguellina, dos hombres como en La Bustarga o uno de cada como en Remellán.

En León hay 107 localidades con menos de diez habitantes, de las cuales 47 no llegan a los cinco vecinos. El número de aldeas que no alcanzan la veintena de personas en la provincia se dispara hasta las 290, según los recientes datos del INE relativos al 2021. Es decir, aproximadamente, en uno de cada cuatro pueblos de la provincia no se llega a los 20 habitantes.

La tendencia de esta despoblación extrema es al alza. Hace solo una década el número de pedanías leonesas que no llegaban a la decena de vecinos era de 86. Por su parte, a comienzos de siglo estas cifras se reducían a 65.

Sin embargo, los exiguos padrones de estos pueblos demuestran la brusca caída de la población años atrás pero la lenta agonía hasta desaparecer por completo. Así, en el año 2000 León tenía 29 localidades con menos de cinco personas, exactamente las mismas que en 2011. Una lenta cuenta regresiva que, como cuando va a terminar un partido, se dilata conforme se acerca el pitido final. El último tañido de campana. Tres vecinos, luego dos, uno… Reabrir un despoblado suena casi a utopía.

Esta despoblación llevada al límite es especialmente notable en la comarca de El Bierzo, aunque tampoco es ajena a otras zonas de la provincia como la Montaña oriental, la Montaña central o ciertos enclaves del sur. Prácticamente en todas las comarcas se encuentran ejemplos de estas aldeas en las que sus vecinos se cuentan con los dedos de las manos.

Uno de los casos más paradigmáticos es el del Ayuntamiento de Barjas, donde nueve de sus 16 pedanías tienen seis vecinos o menos. A Peñacaira, Barrosas y Quintela se suman dentro de esta lista Campo de Liebre, Corrales, Corporales, Albaredos, Vegas do Seo y Serviz. No en vano, Barjas es el municipio de la provincia que mayor porcentaje de población ha perdido en el último medio siglo: un 87,7 por ciento de su censo, de 1.397 vecinos a 172.

También es ilustrativo el ejemplo de Riello. En este municipio, 14 localidades no llegan a los diez vecinos. Ariego de Abajo, Campo La Lomba, Villadepán y Manzaneda de Omaña, con tres, son los que menos.

El demonio que condena a esta provincia no es otro que el de la despoblación. Con diabólica crueldad se ensaña en los lugares menos concurridos y solo sella su victoria cuando, como en Parajís, queda como único habitante. Como juez y parte de los silencios. Como amo y señor de los recuerdos.
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