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Mejor juntos que separados

05/02/2022
 Actualizado a 05/02/2022
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¡Paren el mundo que me quiero bajar! Este ruego me asalta de vez en cuando ante ciertas situaciones que demuestran el devenir de nuestra sociedad actual. Lo más preocupante es que cada vez me asalta con mayor regularidad este deseo que, por cierto, nunca salió de la boca de Mafalda, aunque mucha gente así lo piense.

Los dos últimos acontecimientos que me han dejado ojiplático han sido las polémicas surgidas tras el último Grand Slam ganado por Rafa Nadal y el desenlace del Benidorm Fest. Como vivimos en un país de cainitas, el récord conseguido por el de Manacor ha servido para que ciertos sectores, utilizando como coartada el fallo u olvido involuntario de algunos comentaristas y periodistas, hayan dejado entrever que hay una práctica generalizada de ocultar y minusvalorar los éxitos conseguidos por la mujer en el deporte. Creo que fallamos el tiro como sociedad si nos empeñamos en ver absolutamente todo desde el prisma del género, ya que en ocasiones puede distorsionar la realidad. Quizás en lo que tengamos que aplicar más esfuerzos es en poner en valor las gestas de personas, sin importar su sexo. Aunque Rafa Nadal sea un hombre, deber ser utilizado como ejemplo para los niños y niñas de nuestro país. Que Rafa Nadal sea varón es lo de menos, lo importante son sus actos. Parece que algunas personas tienen amnesia selectiva y se hayan olvidado cómo toda España estaba pegada a la televisión a finales de los 80 y durante los 90 viendo cómo una tal Arantxa Sánchez Vicario conseguía sus tres Roland Garros. Dejemos por favor de utilizar los éxitos de mujeres y hombres como arma arrojadiza. Construyamos juntos en vez de destruir por separado.

Por otro lado, tampoco entiendo y comparto el revuelo y la intransigencia que ha rodeado al Benidorm Fest. Poco falta ya para convertirse en cuestión de Estado. Así nos luce el pelo. Lo de menos es quien debería haber ganado, donde hay que poner la atención es en las reacciones y comentarios de personas más o menos anónimas. Me voy a detener por ejemplo en un tuit de la actriz Ana Milán, que tuvo un gran apoyo, y que decía lo siguiente: «Cuidado con lo de alabar a una mujer machacando a otra, por ahí no es». ¿Cómo? Me da lo mismo que sea una mujer a otra, un hombre a otro o un hombre a una mujer, lo que es deleznable es el machacar a alguien, independientemente del sexo de la víctima y del agresor. No quiero ni imaginarme la que se hubiera preparado si en vez de Chanel, hubiera ganado alguno de los concursantes masculinos. Lo dicho, estaré atento para que nada más que paren el mundo echar el pie a tierra.
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