Manzanal peregrino

Aunque tenga más historia que pies sobre él en la actualidad, el Camino de Santiago por el Manzanal es una vertiente avalada y que merece la pena conocer, sobre todo por el recuerdo de hospitales, por las iglesias y puentes que testimonian que era una arteria más jacobea por el Bierzo

Mar Iglesias
30/08/2018
 Actualizado a 19/09/2019
El puente de Torre del Bierzo es por donde el Camino entra en la comarca tras el Manzanal. | M.I.
El puente de Torre del Bierzo es por donde el Camino entra en la comarca tras el Manzanal. | M.I.
La primera vez que escuché hablar del ramal del Manzanal hacia Santiago, una vertiente de peregrinaje histórica, fue por el historiador Jovino Andina que había realizado un estudio para poner el foco sobre él. Y aquel esfuerzo, a veces metido en un cajón, tuvo sus frutos finalmente en la constitución de una agrupación del Camino del Manzanal con los Ayuntamientos de Brañuelas-Villagatón, Brazuelo, Torre del Bierzo, Bembibre y Congosto. Todos ellos quieren que se pongan en valor esos 64 kilómetros que separan Ponferrada de Astorga y que conforman un camino avalado por la historia más que por los caminantes en la actualidad, por eso en este Tocando Huellas también nos metemos más en la historia que en los pasos, ya que estos a veces nos llevan por tramos que hoy ya no son ese camino que esperamos.

Aunque el Camino Francés es el más conocido y transitado, la ruta jacobea se abre en múltiples arterias, todas ellas con algún sentido. El Camino del Manzanal se referencia por primera vez a finales del siglo XV por el monje Herman Künig von Vach, que recomienda esta ruta por escrito. Lo hace «porque allí no te arriesgas a pasar montaña alguna» y además «tienes buena gente y viajar seguro y dan voluntarios vino y pan». Aunque este camino no esquiva las montañas, como dice el monje, sí es verdad que es más benévolo que el de Foncebadón, sobre todo porque la altitud del puerto está 300 metros por debajo. Los historiadores han reclamado que esta ruta, que entra desde el Manzanal hacia Torre, se haya dejado relegada, incluso cuando se pedía, hace una década, que los ojos de las administraciones se fijaran en ella. Tal vez sea el momento de hacerlo ahora y darnos cuenta de los vestigios de Santiago que aparecen en nuestros pasos.

Ya en Manzanal del Puerto parece que hubo una casa de hospitalarios en el siglo XII y una ermita del Cristo de la Calzada, como recoge Gómez-Moreno en un estudio de 1925. Sigue camino por Montealegre, donde el historiador también piensa que hubo una hospedería. Y ya en terrenos de Torre del Bierzo, en La Silva, donde pudo haber otro hospital en una zona que los vecinos aún llaman ‘la huerta del hospital’, según el estudio de Andina. Y en Torre ya se une el puente de paso de peregrinos, la iglesia y el hospital. Sigue avanzando el camino hacia Bembibre, por Las Ventas. En Bembibre, donde en la actualidad está el Museo del Bierzo Alto, los historiadores marcan un hospital para peregrinos, casi a las puertas del Santuario del Ecce-Homo, aunque pudo haber sido destruido en el siglo XIX. Pero hay otra hipótesis sobre su ubicación en la actual avenida de Villafranca.

En el Ecce-Homo también hay elementos, como las conchas, que vuelven a dejar claro el paso peregrino por esta zona. Los pies siguen adelante hacia la pedanía bembibrense de San Román, donde aparece también un hospital en una antigua casa empedrada y, cerca del río, al parecer, pudo haber otro, cerca del puente romano sobre el río Noceda. Pasado este pueblo, el camino continuaría hacia Almázcara y San Miguel de las Dueñas, donde existe un monasterio cisterciense del siglo X. Allí se encuentran tres piezas relacionadas con el paso peregrino, la figura de San Benito en un retablo dentro de la iglesia, un Santiago Apóstol con reliquia y otra imagen del mismo con bastón. Siguen los pasos hacia Ponferrada, para encontrar el Camino Francés y fundirse con él, en la subida del Montearenas. Esa era una de las opciones al salir de San Román, la otra era pasar cerca de Cobrana, donde hay otro puente romano, que lleva por el pantano de Bárcena hasta volver al camino en Cacabelos. Es una de las rutas menos promocionada, pero históricamente muy documentada, por lo que, presumiblemente, retomará, al menos en parte, su importancia jacobea.
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