Ahora regresa a casa, pero no como era deseable. Lucía despertó del coma y ha podido disfrutar de estos últimos días junto a su hijo Ander, que el mismo sábado trasladaba la triste noticia a toda la gente que, desde León, vivía muy pendiente la evolución de su madre.
El joven se enfrentaba en un momento tan duro a sentimientos encontrados; su madre descansa tras varias semanas de incansable lucha, después de amputaciones de brazo, de pierna, de un infarto, y acompañada de su hijo, al que fue a visitar a Perú con la intención de cumplir su sueño de conocer el Machu Pichu, pero todo el esfuerzo realizado por los médicos, por los que la rodeaban y por todas esas personas que apoyaron la causa de Ander, se marchan con Lucía.
Ander está lleno de agradecimiento a todas las personas que se han volcado con ellos dos y asegura que su madre se marchó sabiendo todo lo que han hecho por ella.
La historia de Ander y Lucía
El sueño de Lucía siempre fue conocer el Machu Picchu, pero sus planes se truncaron a solo tres días de hacerlo y ya en Perú. Hasta allí fue recién jubilada a visitar a su hijo, un arquitecto leonés que dejó su trabajo en España para viajar como voluntario a Sudamérica junto a su pareja. Lo contaba él mismo en la petición desesperada que realizaba hace ahora un mes para recaudar fondos con los que poder financiar la atención sanitaria que estaba recibiendo su madre tras caer enferma en ese país.Como relataba, pudieron celebrar juntos el Día de la Madre el mismo día en el que Lucía llegó y visitar los lugares en los que trabaja Ander Bados de la mano de All Hand and Hearts, una asociación con presencia en dieciocho países. Pero a tres días de cumplir juntos el que era el gran sueño de su madre todo se torció. “Lucía se despertó encontrándose mal y nos fuimos al hospital”, relataba Ander. Las cosas se complicaron y “lo que parecía una molesta infección de orina se convirtió rápidamente en septicemia: una infección general que se extendió rápidamente a todos sus órganos y la dejó al borde de la muerte en pocas horas sin apenas dejar esperanza para sobrevivir”. Con esta situación las posibilidades de supervivencia eran bajas pero había esperanza.
El seguro médico de viaje que su madre tenía contratado permitió que se la trataran en “la mejor clínica privada de Arequipa”, pero la póliza de 15.000 euros fue agotada en apenas cuatro días de ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos y a partir de ese momento tuvieron que hacerse cargo de los costes. “La suma total de gastos en cirugía, fármacos e internamiento en la UCI ascienden a 22.000 euros en cinco días”, lamenta Ander. Lo que supone la friolera de 4.400 euros al día, por ello recurría a pedir ayuda en la red.
Este joven vinculado a Montejos del Camino confiaba en que unos diez días hubieran estabilizado a su madre y pudieran trasladarla a España, pero tras varias semanas de ingreso la esperanza se ha apagado y solo tiene palabras de agradecimiento por todos los apoyos recibidos.