Corro de Valdelugueros: Un grito en la tarde de los enfadados

La grave lesión de Mario del Blanco oscurece una buena tarde de lucha con victorias de ‘El Guerrerín’, Moisés, Sergio y ‘El Junco’

Fulgencio Fernández
09/08/2015
 Actualizado a 17/09/2019
Imagen del momento en el que Mario del Blanco sufre la grave lesión. Pone el brazo izquierdo al caer y ya se ve en la foto cómo se le da la vuelta. :: DANIEL MARTÍN
Imagen del momento en el que Mario del Blanco sufre la grave lesión. Pone el brazo izquierdo al caer y ya se ve en la foto cómo se le da la vuelta. :: DANIEL MARTÍN
Mecagüen la leche. ¡Qué mal sienta ir a un corro para contar una fiesta y que se te paralice la sangre con un grito! Pasó hace unos días con Arturo Martín. Y pasó este domingo, más grave aún, con otro tipo ejemplar: Mario del Blanco. Eran las siete menos diez, luchaban por la tercera plaza Mario y Puro, el de San Cipriano. Iba una caída normal para Puro y Mario puso el brazo. Se escuchó la fractura en el codo, el grito del chaval lo oyeron perfectamente los urogallos de Bodón.

La escena siguiente lo decía todo. Puro fue a mirar y salió corriendo con las manos en la cabeza. No había consuelo para un chaval noble, como pocos, mientras seguían los gritos de Mario. Dani, su hermano, lanza la botella de agua contra el suelo y sale corriendo, para en seco al ver el brazo ‘dado vuelta’, se aparta y patea la botella. Los gritos siguen. Se forma un revuelo en la grada, no hace falta mirar, allí está la madre, la que siempre pide que lo único que quiere es que«no se manquen» No estaba además el doctor Martín, con experiencia en estos trances, y la salida de la camilla sigue siendo una sucesión de gritos que los espectadores tratan de no escuchar aplaudiendo su salida.

Mecagüen la leche, qué mal empezamos la tarde en Lugueros.

Un ‘paisano’ de Cerulleda


Empezó muy mal la tarde y, sin embargo, no fue mala después. Es una pena la lesión, es una pena tener que dedicar espacio a ella y lo pierde así la posibilidad de contar historias como la del finalista de ligeros ayer, Ángel Martínez, un paisano de Cerulleda. Un paisano de los de siempre, que un día andaba por La Vecilla, había entrenamiento de lucha y se sumó. Pronto se dieron cuenta de que era como una piedra, de la raza de su vecino Chiqui, duro. Ya puntuó en Valderrueda y ayer mandó para el tren de vuelta a casa a Javi Oblanca, nada más que a Javi Oblanca, de una manera espectacular, remontando una caída en siete segundos, seguramente con la ovación más cerrada de la tarde y, además, aún non se había lesionado Mario. Es decir, había más alegría en las gradas , que gritos como los de Mario son de los que encogen.

En ligeros la noticia fue el local Ángel, de Cerulleda, que eliminó a Oblanca y se metió en la final con IbánDespués se deshizo en la final de Puro, que está siendo el tercero en discordia de la categoría. Yya sólo le quedaba Ibán Sánchez, su maestro ahora. En medio, antes de la final, fue la lesión. El chaval de Cerulleda parecía aún asustado o respeta mucho a su ‘jefe’, el caso es que en unos pocos segundos regresó al graderío, junto a los suyos, con una cara de felicidad que delataba que él ya había cumplido con creces en lo que se esperaba de él.

- El día que aprenda a sacar las va a preparar muy gordas;explicaba Fernando El Rubio, que sabe de lo que habla pues se ha agarrado con él muchas veces entrenando.

Ibán, ejemplar como siempre, se acababa de llevar otro corro pero andaba preocupado por Mario, feliz por Ángel. Como es él.

La leyenda de Moisés


Ya se ha repetido que no es buen negocio emparejarse con Moisés al día siguiente de perder un corro. No lo encaja bien y vuelve con unas ganas que asusta, más de lo habitual. Ysi, encima, la derrota es en la previa y en el último segundo, como en Valderrueda.

Pues pasa lo que pasó en Lugueros, que les dio menos oportunidades que Franco a la UGTel 1º de Mayo. El primero en tener la desgracia de emparejarse con él fue su amigo y compañero de club Sergio González, un excelente luchador, ingeniero en Inglaterra, que sólo se agarra cuando regresa y no debería castigarle la lucha con estos emparejamientos. En semifinales se vio con un chaval que está haciendo buena temporada y creciendo mucho, Unai el de Lillo, pero no era ayer el día de las sorpresas, era más bien el día de los enfadados.

Y en la final le esperaba el más habitual, Tomasuco de La Vecilla. Y cayó El Niño como cae tantas veces, atacando, sacando cadriladas terribles que Moisés aguanta y cuando lo posa le mete la cadera o manga un remolino que no lodetiene ni la guardia civil.Es lo que un veterano aficionado llama «la más bella forma de suicidio jamás contada».

Bien es cierto que esperamos tanto de Tomás que hemos hinchado demasiado el globo de las esperanzas. Es un niño de 17 años que hace cosas increíbles, como el combate con su amigo Rubo (que venía de ganar a Víctor Llamazares). Hace lo que no está escrito, pero con esa cara de niño es difícil aguantar los embates de ‘la roca’ de Cistierna... y además enfadado.

De Pérez a Pérez y de Alija


Semipesados volvía a tener pleno y eso le gusta a la gente, es una categoría que este año engancha. Sansón reconoce que «yo estoy bien pero ellos también»; Samuel, tocado en una costilla, andaba preocupado por la ambulancia;Rodri es una perla y, como tal, capaz de darlo todo;a Sergio por algo le llaman ‘El Silencioso’ y quien habla, y lucha más, es Fernandito El Rubio, que ya protestaba el sorteo porque le había tocado Sansón, «otra vez».

- Me temo que tenga más razones para protestar él;le decía un aficionado y no le faltaba razón pues unos segundos después el de Campohermoso daba buena cuenta del forzudo luchador de Valdearcos.

Hay gente a la que le cuesta distinguir a los hermanos Pérez, de Alija, «y yo que sí los distingo me sirve de poco, voy de Pérez a Pérez». Se refiere a que en Valderrueda ganó a Sergio y lo tiró Samuel, y ayer en Lugueros tiró a Samuel y después le ganó Sergio.

‘El Rubio’ se volvió loco y lo intentó todo ante ‘El Silencioso’ Sergio Pérez, que sabe ir al grano como nadie El combate de Rodri y Sergio en semifinales es de los de grabar y poner en las escuelas. Dos formas de lucha frente a frente, sin concesiones, hubo de todo. Cinco caídas en total, atacó Rodri y Sergio le esperó como sabe él;Sergio le hizo su famoso y personal tranque a las dos piernas y Rodri reaccionó con una caída de esas que le clavas la cabeza en el suelo... Ganó Sergio. En silencio.

Y en la final estaba otro ‘enfadado’, Fernando, que en Valderrueda había perdido su primer corro. Otra final preciosa e igualada por más que El Rubio no le diera ni media caída a El Silencioso de Alija. Tomó la iniciativa Fernando, movió a Sergio, incluso lo puso de rodillas pero no fue capaz de rematarlo. El de Alija se puso en pie y le dio la vuelta a la situación. Fernando no se lo creía, se volvió loco, fue a por él y, como diría el aficionado, «fue la más bella forma de suicidio».

Fernando no se lo creía y bromeaba:«Hay que mirar a ver si se clava los pies al suelo». La respuesta es no, pero casi.

‘El Junco’:¿dónde está el techo?


Era el décimo corro. Cien puntos en juego y Clemente, El Junco, suma cien. Todos. No se si llevará dos caídas en contra... en total. Pocos corros tarda en ganarlos lo que suma en tiempo un solo combate, ¿dónde está el techo?

Ya se sabe, cuando no hay techo... es el cielo. Ya nadie duda que su reto de este año ya no es la Liga, ¿tal vez ganar todos los corros? Ya no saben que intentar, Likete se fue a bañar al Curueño pero no le tocó medirse a él.

Ayer tampoco le pudieron hacer mella, ni media caída, entre Víctor José, Bulnes o Caberín. Yremató la faena con otro voleo con cruce en la última caída de la tarde con el que parece decir, «vayan en paz y con buen sabor de boca».

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