Corro de Taranilla: "Para el lobo sólo vale el mastín" y la más bella forma de morir perdiendo

Vibrante victoria de Tomasuco, que derrotó a Clemente, y valiente derrota de Gasi ante Moisés sacándolo a vueltas

Fulgencio Fernández
13/08/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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En la tierra de Tasio, Taranilla, las tres categorías que se disputaron (pesados fue un simulacro con final)rindieron de alguna manera homenaje al recordado Gato, el que tenía mañas para cada rival y frases para cada situación. El que ayer no apareció por el corro «porque no me aguanto».

Una de sus frases favoritas cuando le tocaba en suerte algún chaval cargado de ímpetu y ganas era la de «a perro viejo no hay cus cus». Algo así debió pensar ayer Ibán El Guerrerín, que tuvounos dos combates para agarrarse, con un Santi El Míster que parece que se reengancha pero aún no está luchado del todo, y una final con Filín Acevedo que parece que ya no quiere esperar más para ser alternativa y lleva unos días luchando «como un ángel», que decía Juan El Hojalatero después de beber un litro de vino.

Aunque ganó bien en tanteo a Santi (2-0)ya se sabe que el de Cistierna aprieta el cinto hasta donde no hay agujeros y por bien que te vaya te deja más zurrao que a Belén Esteban en la RAE. Pero también llegaba Filín tocado después de tener un desvanecimiento y dolor de cervicales tras una caída en la semifinal con Mario. Hizo lo que pudo el de Felechas (le dio media caída) pero —Tasio dixit— «a perro viejo no hay cus-cus», de momento.

Hubo otro combate muy significativo antes, en las previas, entre el más joven de la categoría, Adrián Rodríguez, de la Sobarriba, y la cátedra ambulante de Oblanca, el más veterano. Le tuvo el guaje contra las cuerdas, con caída y media, e iba por delante a falta de nueve segundos. Tiempo suficiente, y más si —como aventuraba Moisés, que lo veía mientras calentaba—«le dejas que agarre comoquiera»... para añadir, «pero esa enfermedad se cura».

Cuando alguien domina en una categoría, como viene haciendo Moisés en medios, decía Tasio:«Para el lobo sólo vale el mastín».

La verdad es que, de cerca, impresiona Moisés, está como una roca y siempre juega a todo o nada. Pero para ese lobo va habiendo mastines, el primero Víctor Llamazares, que ayer estaba cerca de casa y, además, es de ,los que nunca rehuye la batalla. No hace falta decirlo, fue a cara de perro, se dieron dos caídas cada uno pero las de Víctor fueron medias y las de Moisés enteras, que no resulta nada fácil darle la vuelta a una caída cuando Moisés te lleva «trinchado y aperruñado», que decía Miguelín.

Y en la final le esperaba un Gasi que siempre levanta expectación porque los aficionados saben que algo va a hacer. El de Marne esperaba sonriente y miraba para los brazos de Moisés. Fue mastín y de los valientes, tanto que nada más agarrarse lo sacó a vueltas, pero no tres o cuatro, hasta que se gastó el cuenta vueltas. No pudo rematar, aguantó Moisés cuando lo posó, le metió la cadera y la media caída fue para ‘La Roca’. Se levantaron los dos mareados. Fue uno para cada esquina. Ni se miraban.
Se agarraron. YGasi sacó una cadrilada de libro, suya, valiente, de mastín y le dio una entera.

Se agarraron y, contra todo pronóstico, Gasi volvió a sacarlo a vueltas, volvió a agotar el cuenta vueltas y volvió a caer debajo, como cae un mastín y como cae Gasi, con una sonrisa, y sin mirar para tí para que no le digas esa expresión que define su lucha:«La más bella forma de suicidarse jamás contada». Vale más perder así que ganar de algunaotra manera, o, como diría Tasio, «vale más ser vaca contigo que mujer con el ministro de Industria».

Yel último mandamiento de los de el catecismo de Tasio también contempla que los buenos pueden perder:«El que carretera vuelca», decía él cuando le habían puesto mirando al cielo.

Sirve el dicho para uno de los luchadores que menos veces se ha visto en esta situación en los últimos años, Clemente Fuertes, El Junco de Tendal, al que ayer le puso el carro patas arriba quien más calidad tiene para ponerle, Tomás González, Tomasuco de La Vecilla, el chaval que tiene la cara del niño que es y la raza del paisano del mismo pueblo de Chana, capaz de colgar los tíos de los cables el día que el santo de la inspiración se leponía de cara.

Había salvado Clemente el escollo de un Rodri que anda con una mano hecha polvo desde ‘las celtas’ pero que siempre saca algo de dentro, unas veces una entrada al fútbol a uno de Tejerina que casi lo pone en las Conjas, y otras la caída y media que le dio a El Junco, con una cadrilada de libro, pero no menos de libro fue el voleo con cruce con el que remató el de la Sobarriba.

Y en semifinales ya le esperaba El Niño Tomasuco o el paisano Tomás el de Uco. Empatarona caída y median a falta de 13 segundos, pero el de La Vecilla tenía la ventaja de haber dado la primera. Lo intentó El Junco pero tenía la lección aprendida Tomasín, aguantó y Clemente se soltó. Miró al cielo. «Otra vez» pareció musitarClemente que sabe que le ha salido un grano difícil de curar pues el chaval...

Le quedaba la final, allí estaba otro de mucho mérito, Cristian, el de Boñar, que tiene mucho mérito lo que está haciendo, pero Tomás... remató.
Ycuando ya nos íbamos llegaba Tasio a informarse y a ver a Clemente que le había llamado. «Pues perdió». YTasio sonrió:«El que carretea... vuelca».

‘El Guanche’ repite paseo y gana «por rendición»


El año pasado apareció en el este largo fin de semana el canario Ledesma (129 kilos) y se dijo entonces que «no se contemplaba esta situación»ante la polémica suscitada y que «serviría para legislarlo de cara al futuro». El futuro era ayer y todo sigue igual. La lucha.

Pero, al margen de eso, hubo corro, también en pesado, aunque, aunque no lo pareciera. Como el año pasado ganó cinco corros, después de la lesión de Clemente, parece que los rivales de la leonesa han decidido rendirse, salvo honrosas excepciones.

Se metió ‘El Guanche’ en la final sin luchar con nadie, más bien sin que casi nadie luchara con él. Luchó contra tres rivales, uno de ellos el líder, y no hubo ni un segundo de lucha. Unos se agarraban al revés, otros sólo se preocupaban de caer bien, más bien de tirarse. Dieta y para casa. Los aficionados que protestaban cuando la mesa pedía agua no parecían entender nada y ‘El Guanche’ debía pensar que nunca había ganado dinero para unas vacaciones de forma tan fácil.

No me quiero imaginar que se televisara el corro y qué podría pensar alguien que fuera a ver a los nobles y valientes luchadores, «gladiadores romanos» que decía por el micro el recordado Olegario R. Cascos.

Menos mal que en la final estaba Víctor J. Hernández, que había vuelto a derrotar en las fases anteriores a Eduardo Díez, El Oso de Pallide. Quiero pensar que también Edu hubiera sido mastín ante el lobo.

También perdió la final el pescador de Villaquilambre, Víctor J., que ayer sí llevó al chaval. Pero se agarró, plantó cara, luchó lo que pudo y sabe, que él mismo suele decir queno es mucho, pero tuvo la dignidad de apuntarse a la forma de lucha de Gasi, es decir, con la más bella forma de suicidio, en este caso yendo a los pies de quien mejor los maneja.
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