Para pensarlo. Por cierto, Caberín está viviendo un auténtico calvario al no encontrar ‘su punto’ después de bajar más de 30 kilos y lo lleva con la misma dignidad que supo ganar muchas ligas. Ayer decía después de perder con Alvarito, por una suelta: «Muy mal, muy mal… no sé a qué vengo».
Por suerte, pronto la lucha leonesa tomó la la pradera y se mantiene la tradición de que en la Catedral no ganan monaguillos sino que sigue siendo templo para canónigos. Ayer fueron campeones en un largo corro Ibán Sánchez, Tomasuco, Fernando El Rubio y el canario que se subió a este carro: Javier Ledesma, El Guanche.
Tuvo ayer Prioro la suerte de vivir momentos de los que no se olvidan, como la final de semipesados entre Samuel Pérez y Fernandito Martínez. Llena de lucha, de detalles, de casta y de deportividad. Fernandito Martínez ‘El Rubio’ de Campohermoso y Samuel Pérez, el gran de de los Pérez de Alija, el que calienta corriendo y haciendo ejercicios, no como su hermano Sergio, El Silencioso, que lo hace comiendo pipas.
Nada más agarrarse fue Fernando el que tomó la iniciativa. Sacó dos cadriladas seguidas, las aguantó el de Alija y al caer la segunda llevó a Fernando. Se levantaban ‘reventados’ y el singular Fernando le guiña el ojo «de complicidad» a Samuel. Están muy cerca de una espectadora de excepción, Anina la de Cimanes, novia de Samuel, que le advierte:«No te fíes de Fernando».
Buen consejo pues la final acabó dando la vuelta el combate. Se dieron de todo, hubo polémica con una suelta, empataron a caída y media después de varias series de cadriladas encadenadas de uno y otro, y acabó saliendo el gen luchador de Fernando que, cosas de El Rubio, cuando fue a levantar a Samu, no podía con él.
No salió mejor parado el de Alija, que venía a recoger sus cosas pálido y cuando le tomaban el pelo tuvo que salir Anina en su defensa:«Pobrín, lo ha vomitado todo del desfuerzo».
Era el remate de una categoría que había sido entretenida. Samuel se midió a Sergio y empataron a caída y media. Un aficionado se preguntó.
Total, que el bueno de Fernando volvió a poner su nombre en lo más alto en el altar más alto, el de Catedral.
‘El Balilla’ trabaja para ‘El Niño’
Disfrutaron los aficionados en semipesados, pero es que venían con el caldo de cultivo ideal de una categoría de medios marcada por las sorpresas y por combates a cara de perro.
El nombre del día en medios es un ilustre «con kit kat» obligado:Diego Arce, El Balilla de Moscas del Páramo. «Menuda trilla el de Moscas» decían los paisanos al ver cómo se deshacía primero de Víctor Llamazares, con dos caídas y media sin recibir ninguna, y a continuación a Moisés Vega, ‘La Roca’ de Cistierna, el líder. Tampoco recib ió Arce ni media caída y volvió a dar una entera y dos medias. De mucha raza y de mucha valentía, entrando a la pelea como siempre ha hecho El Balilla, a cara de perro y vibrando, que así se ganó el apodo. «Hoy estoy satisfecho, me voy encontrando bien, esos dos años en blanco me han pasado factura», decía Arce. Ycuando ha dadop0 unos pasos más añade: «Ylos años, que ya son 35».
- ¿No te cuidas?
- Más que cuando tenía veinte años, pero no en exceso.
Todavía no tenía el camino hecho. En la final le esperaba ‘El Niño’ Tomasuco, de La Vecilla, que había mandado para el tren de regreso a Bulnes que parece vivir una segunda juventud en los últimos corros y a Rubo, en las samifinales.
Había cábalas. «Según está Arce y el chaval es poco perro».
- YArce mucho.
Pero El Niño es un proyecto de algo muy grande. Ytiene más valentía que el que paraba los toros con el pecho. Dos enteras de .las suyas, a puro guevo, sin dejar tocar el suelo al rival, aguantando y revolviéndose. Mi vecino de silla lo tenía muy claro:«La Catedral no quiere esperar más por este canónigo».
En ligeros sigue abierta la esperanza de que la larga quinta del botellón (Filín, Guille, Jesús Martínez, Fierro...) pegue un golpe sobre la mesa y le complique la vida a los ilustres que se han hecho dueñosdel podio:Ibán Sánchez, El Guerrerín de Barrillos, y Javier Oblanca. Ya han sido varios los que han dado ‘el semigolpe’ de meterse en la final, de derrotar a uno, pero no llega el revolcón. Ayer el que se metió en la final fue Filín Acevedo, el que más esperanzas había levantado. Tiró a Fierro y en la sem ifinal se deshizo de Javi Oblanca, que acabó contusionado en la espalda y no luchó la tercera plaza.
¿Era el día de que ‘la quinta’ entrará en la Catedral?No. Peron casi. Lo de Filín, que ayer honraba a su madre luchando por Remolina, fue un casi, como las copas de Europa del Atlético de Madrid. Le plantó cara a El Guerrerín. Se puso con caída y media. Pero por algo es ‘El Guerrerín’, un rodillín en el aire y un tranque fulminante mandaron a Filín para Remolina cuando ya veía la puerta abierta de la Catedral.
Pesados tuvo ayer poca historia. Volvió El Oso y le tocó a las primeras de cambio con ‘El Guanche’. Empataron a cero tras un gtira y afloja infernal y en la caída de oro salió El Oso menos perro y se soltó a uno de los golpes que repite el canario. Y que siguió practicando con Alvarito y Bulnes, sin que estos resistieran sus golpes de cadera, de alguien acostumbrado a manejarla y con 130 kilos.