El rector Juan Francisco García Marín asumió el papel de anfitrión de un acto que contó además con la presencia del alcalde de León, José Antonio Diez; el director de Cultura y Patrimonio de Fundos, Raúl Fernández Sobrino; el director de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de León, Miguel Mielgo Torices, y los directores del congreso, los profesores Jorge Martínez Montero y Daniel Sanz Platero.
García Marín fue el primero en tomar la palabra para recordar que la Unesco declaró el pasado mes de noviembre el toque manual de campanas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que dota todavía de un mayor interés y atractivo a este congreso nacional que se lleva preparando desde hace algo más de un año.
El alcalde de León, José Antonio Diez, inició su intervención destacando que «la cultura sonora ha sido reconocida por la Unesco porque las llamadas a hacendera, el sonido de alerta, el toque manual de las campanas era único en cada pueblo, en cada villa, identificado por cada uno de sus vecinos. Su estudio es por ello digno de todo un curso que analizará también la historia, técnica y restauración de los relojes y del arte sonoro», señaló el alcalde, que comprometió el apoyo del Ayuntamiento de León «en la medida de sus posibilidades y competencias con toda iniciativa que tenga como objetivo la difusión y reconocimiento de nuestra cultura, porque es un compromiso imprescindible para que este legado pase a las nuevas generaciones que sientan el orgullo que nosotros ya sentimos por ser leoneses y por tener una cultura y un patrimonio tan rico e inigualable».
José Antonio Diez cerró su breve intervención animando a la ciudadanía a asistir a la muestra que sobre el toque manual de campanas tendrá lugar en la tarde del próximo viernes 14 de abril en la céntrica plaza de San Marcelo.
El director de Cultura y Patrimonio de Fundos, Raúl Fernández Sobrino, se congratuló de que este congreso nacional sea la primera actividad incluida dentro del convenio de colaboración suscrito el pasado mes de noviembre con la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de León, dependiente de la Junta de Castilla y León, y la Universidad de León para desarrollar en los próximos años diversas acciones formativas y de divulgación científica referidas al patrimonio. «Además, es un día alegre también para nosotros porque la colección y el archivo de Fundos, aunque a veces se desconoce, tiene una importante versión etnográfica, muy importante y de carácter estructural», subrayó Fernández Sobrino, que destacó dentro de la importante colección de arte y patrimonio de Fundos el fondo etnográfico depositado por un periodo de 75 años en el Museo Etnográfico de Castilla y León con sede en la provincia de Zamora, sin olvidar tampoco la labor que Fundos viene desarrollando de difusión de las tradiciones y del patrimonio etnográfico, poniendo como ejemplo el éxito cosechado por el documental sobre el Ramo Leonés que se presentó el pasado mes de diciembre en el canal Fundos Cultura. Para el director de Cultura y Patrimonio de Fundos la celebración de este congreso sobre relojes, campanas y arte sonoro es importante, sobre todo en los tiempos que corren, como prueba el interés manifestado por personas de edad por el viejo carrillón del Museo Casa Botines Gaudí que dejó de sonar en los años sesenta y que la Fundación ha recuperado en la pasada Navidad.Miguel Mielgo Torices, director de la Escuela de Arte, felicitó a todas las personas e instituciones que hacen posible este tipo de eventos «que ponen de relevancia nuestro patrimonio y nuestro acervo cultural».Un acto de justiciaEl turno final fue para los dos directores del congreso. Martínez Montero fue el primero en intervenir para señalar que la declaración el pasado 30 de noviembre de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al toque manual de campanas por parte de la Unesco está más que justificada. «En España perviven en la actualidad más de treinta modos diferentes de toque manual de campanas, un lenguaje sonoro que se ha mantenido a lo largo de la historia, y además como medio de comunicación comunitario. No hay pueblo, villa o ciudad que se precie que no haya tenido su reloj y su campana. Con un amplio repertorio de formas y de técnicas, tanto en el ámbito religioso como civil, los toques de campana han regulado multitud de aspectos de la vida afectiva, y por supuesto de la vida cotidiana y laboral en todo el territorio español. Cuando se tocaba a misa, cuando había repiques el domingo, cuando se tocaba el ángelus, el Ave María, el toque de las almas, el aviso de fiesta mayor, el toque de arrebato y por supuesto en los malogrados entierros con todo tipo de señales que evidenciaban la llamada a este tipo de eventos de cariz funerario, han marcado la vida y la historia de nuestros pueblos. Creo que las instituciones, desde el punto de vista de la investigación y la docencia, tenemos el deber de legar a las generaciones futuras nuestro patrimonio en las mejores condiciones, y por supuesto el patrimonio inmaterial y etnográfico tiene que ser una seña de identidad». 
Cerró el turno de intervenciones el codirector Daniel Sanz Platero, para quien la iniciativa de este congreso es aunar tanto la campanería como la relojería. Del primer apartado destacó tanto a los artesanos que fabrican las campanas, de los que existen buenos ejemplos en Castilla y León, como a las personas que se dedican a tocar las campanas, «personas que ejecutan un determinado lenguaje sonoro con la significación social que esto tiene».Con relación a los relojes, Sanz Platero argumentó que cada población, en tiempos de bonanza económica, se animaba a disponer de su reloj, «porque es uno de los primeros servicios públicos, por decirlo de una manera. Cada población necesitaba regirse por un determinado ritmo, por lo que muchas poblaciones contaron con su reloj mucho después de tener sus respectivas campanas», destacó el codirector del congreso, quien acto seguido pasó a detallar algunas de las actividades que se desarrollarán a lo largo de tres intensos días de mediados del mes de abril, entre ellas una clase práctica de relojería tanto para iniciados como neófitos con distintos modelos de relojes (sobremesa, campanario) o las visitas a localidades como Mansilla o Santa Marina del Rey, que cuenta con uno de los mejores relojes de la región.
