Los personajes del tío Ful: Violeta, ganadera de ovino

Con 18 años no sabía nada de ganadería, se casó y al día siguiente inició en la majada de La Cueta una vida de pastoreo que la hace muy feliz

L.N.C.
20/05/2023
 Actualizado a 20/05/2023
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Recuerda Violeta que se casó con 18 años, era la ‘niña bonita’ de la casa, y se fue con su marido a la majada. Curiosamente en el pueblo más alto de la provincia, La Cueta. Llegaron de noche. "Al amanecer no acababa de creer lo que veía, todo era nuevo para mí, que no había visto nada en casa de ganadería. Vi a Gregorio limpiando los cacharros con una especie de estropajo que él mismo se había fabricado con cuerdas... pero también estaba aquel paisaje espectacular".

Se queda mirando al rebaño, más de 1.200 ovejas, como si su vida dedicada a la ganadería de ovino y el pastoreo le estuviera pasando por la cabeza y cierra con una reflexión: "Me encanta este oficio, ahora mismo no lo cambiaría, pero también te digo una cosa, que para dedicarte a esto o te gusta mucho o estás loca".
- ¿Cuál es tú caso?
- Yo creo que estoy muy cuerda.

Ciertamente lo está. Ya han pasado tres décadas desde que aquella casi niña, hija de un empleado del colegio de los Palotinos, se lanzó a esta aventura con su marido, Gregorio. Mano a mano, en titularidad compartida. "En invierno estamos entre las majadas de San Pelayo y Soto de la Vega; en primavera subimos para Lago de Omaña, hasta el 15 de julio o así, aunque este año no sé si no tendremos que marchar antes pues hay una sequía terrible, y nos vamos para Abelgas, otro lugar precioso".

Violeta siempre habla de la belleza de los lugares pues ése es uno de los alicientes de su oficio.
- El lugar es bello, pero lo ves cada día, durante meses.
- Un paisaje nunca es igual de un día para otro, jamás.

Y en ese entorno puede cultivar cada día una de las pasiones que comparte el matrimonio: leer. "A mí me gusta mucho leer pero lo de Goyo es casi obsesivo", dice mientras aparece su marido con un libro bajo el brazo, de la leonesa Olga Rodríguez.

Estos días en Omaña son de media vacación para ella, hay menos trabajo y Goyo va con el rebaño: "Yo aprovecho para hacer puzzles, que me encanta, o para salir a echar una parrafada con la vecina".

Pasión de ganadera cuerda que la feria Carea de Cerezales ha decidido premiar... Y aciertan.
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