24/04/2020
 Actualizado a 24/04/2020
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En las estanterías de Genicera tengo todavía las colecciones completas de Tintín y Astérix junto a aquellos clásicos libros de ‘El Barco de Vapor’ o de ‘Elige tu propia aventura’. Probablemente esos sean los que me vienen a la mente cuando me imagino leyendo de pequeño, pues siempre ha sido una afición para mí. Es indudable que aprendes con la lectura, pero realmente nunca lo vi como una obligación ni como una vía para conseguir un fin, simplemente disfruto con ellos al igual que puede hacerse con un partido de cualquier deporte, una serie o una película.

Es una manera de evadirte, de imaginarte las historias, de poner tú cara y cuerpo a esos personajes que pocas veces se asemejarán a la realidad cuando una obra que hayas leído se adapte al cine.

Si estabas acostumbrado a leer, probablemente si el confinamiento te ha hecho ganar mucho tiempo en casa hayas incrementado tu ritmo. Si no encontrabas tiempo o habías perdido el hábito, quizá te haya valido para reencontrarlo. Si no eres un habitual y te quedas sin opciones... prueba, no te arrepentirás.

Busca lo que mejor se adapte a ti, no hay mejores ni peores opciones generales, sólo libros que te pueden gustar más o menos a ti en un momento determinado. Desconfía de aquellos que, desde su particular altar, desprecien los ‘best seller’, con el tantas veces oído argumento (estúpido) de que no es literatura, porque quizá sea lo que necesites para desconectar o empezar. Tampoco sigas a pies juntillas a los que califiquen de bodrio alguna gran obra literaria, prueba a disfrutarlas y encontrarás maravillas... aunque también otras a las que seas incapaz de hincar el diente. No te preocupes, le pasa a todo el mundo.

Prueba autores, estilos, épocas distintas, encuentra qué quieres. Y no te preocupes por dejar uno a medias, habiendo tantas opciones esperándote y sabiendo que no podrás leer todo, aprendes a darte cuenta de que no merece la pena. Particularmente, mis épocas de menor lectura han coincidido al coger un libro con el que no podía pero forzaba a terminarlo.

En este Día del Libro mi consejo sería ese: sumérgete en la lectura. Quizá descubras un mundo nuevo. Quizá también te sientas el director de la película que acaba formando en tu cabeza.
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