Lolo Zapico: "Es mi homenaje a la raza mantequera de Laciana"
Lolo Zapico: "Es mi homenaje a la raza mantequera de Laciana"
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Lolo Zapico: "Es mi homenaje a la raza mantequera de Laciana"
Arte
El artista lacianiego ha donado a la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de León una escultura que representa una cabeza de vaca, un tributo a la raza que propició la instalación de la primera fábrica de mantequilla que hubo en la comarca por parte del empresario Rafael Rodríguez, alumno de Sierra Pambley
La Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de León será escenario este jueves de la inauguración de una pieza escultórica donada por el artista lacianiego Lolo Zapico y que representa una cabeza de vaca. El acto tendrá lugar a las 18:00 horas en el Salón de Grados de la mencionada facultad y contará con la presencia del decano José Gustavo Quirós Hidalgo y del propio artista, que ha decidido donar esta pieza escultórica por la amistad que mantiene con Quirós Hidalgo.
De Lolo Zapico se recuerdan especialmente sus ‘espantapájaros’. De hecho uno de ellos se puede contemplar en la entrada del pub La Lola, propiedad de la familia Quijano. «El tema de los espantapájaros es un proyecto que yo hice en 2016 para potenciar el Camino de Invierno entre Roncesvalles y Santiago. Pero ahora estoy metido en otro tipo de esculturas que representan cabezas de vaca, de caballo, de toro y de bisonte. En el caso de la pieza que he donado a la Universidad de León representa una cabeza de vaca y con ella he pretendido hacer un homenaje a la raza mantequera lacianiega. Yo tengo la suerte de vivir aquí en San Miguel de Laciana, en lo que fue la primera fábrica de mantequilla que hubo en la comarca y que fundó Rafael Rodríguez, un alumno de Sierra Pambley. La casa que albergara aquella fábrica la compré en el año 2000 y es en la que resido habitualmente», señala Zapico.
Cabe recordar que Lolo Zapico abandonó durante un tiempo la actividad artística para acometer una Ingeniería Técnica de Minas y trabajar en una empresa en Villablino. Por suerte para el arte, el también artista lacianiego y reconocido internacionalmente, Eduardo Arroyo, le convenció para que volviera a la pintura, a la que también se ha sumado la escultura, dos disciplinas en las que Zapico ha dejado su sello personal, como los capitalinos pudimos comprobar en la gran muestra que el Museo de León le dedicó en diciembre del año 2016.
En la actualidad, Lolo Zapico tiene pendiente un proyecto importante que se encuentra en manos de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y que viene a relacionar la actividad tanto pictórica como escultórica del lacianiego con el arte rupestre. «En el Museo de Palencia, donde inauguramos la semana pasada, se exponen unas 25 esculturas de las 150 que tengo de cabezas de vaca y de caballo».
La característica que tienen todas estas esculturas es que están realizadas con piedras que Zapico ha descubierto en los ríos lacianiegos y en la costa asturiana y que en ningún caso han sido manipuladas con posterioridad, piezas que a lo largo de los siglos han experimentado la erosión propia del agua, el viento y los golpes con otras piedras. «De ahí la comparación con el arte rupestre», indica el artista.
De Lolo Zapico se recuerdan especialmente sus ‘espantapájaros’. De hecho uno de ellos se puede contemplar en la entrada del pub La Lola, propiedad de la familia Quijano. «El tema de los espantapájaros es un proyecto que yo hice en 2016 para potenciar el Camino de Invierno entre Roncesvalles y Santiago. Pero ahora estoy metido en otro tipo de esculturas que representan cabezas de vaca, de caballo, de toro y de bisonte. En el caso de la pieza que he donado a la Universidad de León representa una cabeza de vaca y con ella he pretendido hacer un homenaje a la raza mantequera lacianiega. Yo tengo la suerte de vivir aquí en San Miguel de Laciana, en lo que fue la primera fábrica de mantequilla que hubo en la comarca y que fundó Rafael Rodríguez, un alumno de Sierra Pambley. La casa que albergara aquella fábrica la compré en el año 2000 y es en la que resido habitualmente», señala Zapico.

En la actualidad, Lolo Zapico tiene pendiente un proyecto importante que se encuentra en manos de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y que viene a relacionar la actividad tanto pictórica como escultórica del lacianiego con el arte rupestre. «En el Museo de Palencia, donde inauguramos la semana pasada, se exponen unas 25 esculturas de las 150 que tengo de cabezas de vaca y de caballo».
La característica que tienen todas estas esculturas es que están realizadas con piedras que Zapico ha descubierto en los ríos lacianiegos y en la costa asturiana y que en ningún caso han sido manipuladas con posterioridad, piezas que a lo largo de los siglos han experimentado la erosión propia del agua, el viento y los golpes con otras piedras. «De ahí la comparación con el arte rupestre», indica el artista.