"Lo de que era musa de poetas no me lo creí nunca, de eso no se vive"

La famosa bailaora descalza, La Chunga, inaugura hoy una exposición de pintura naïf en la galería leonesa Ármaga

Fulgencio Fernández
30/01/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Tiene nombre, Micaela Flores Amaya, pero nadie lo diría pues para todo el mundo es simplemente La Chunga. Tiene apellidos gitanos por los cuatro costados, "a mucha honra, gitana hasta la muerte", y es una leyenda del flamenco español esta mujer que bailaba descalza, que lo hizo en su casa para Ava Gardner y ésta la llevó a Hollywood para que la conocieran, que fue la musa de Blas de Otero, Alberti o León Felipe y se entiende perfectamente viendo una foto suya de joven. Amiga de Dalí y Picasso cuando ya no pudo seguir bailando se volcó con su otra afición, la pintura, y como pintora regresa hoy a León para inaugurar una exposición de «mis cosas, mis gitanos y mis flores» en la galería Ármaga. Allí va a estar esta tarde esta leyenda española que no sabe cuando nació, "pero desgraciadamente ya hace mucho".

– De nuevo en León y de nuevo en Ármaga, "su casa".
– Y encantada. Yo siempre vengo a León sin pensarlo, porque las chicas de la galería son muy buena gente, las quiero mucho, y aunque hace frío estoy segura de que ya me tienen preparado el chorizo picante y la cecina de León, que me vuelven loca. Ni frío ni nada. Cada vez que me llaman me dan una alegría y gorda y me tratan muy bien.

– ¿Qué nos trae en esta nueva exposición en Ármaga?
– Pues lo que yo llamo mis cositas, mis gitanillos y mis flores, esta vez llevo alguna flor más pero los gitanos no faltan, nunca faltan.

– ¿Orgullo gitano?
– Por los cuatro costados. Porque soy gitana, de los gitanos pobres, que íbamos por los pueblos con los carros pidiendo y, de vez en cuando, cogíamos algo que se despistaba en los huertos para comer, pero jamás llevábamos más que para hacer un pote. La gente de antes de los pueblos tenían buen corazón y siempre nos ayudaban, no como pasa ahora que cada uno va a lo suyo.

– ¿Por eso bailaba descalza?
– Claro, para recordar mi infancia en un barrio de Barcelona, cuando no teníamos ni para zapatillas.

– ¿Cómo fue el salto del baile a la pintura?
– No fue un salto. Yo me dediqué en cuerpo y alma al baile, pero me gustaba pintar, aunque lo tenía aparcado. Cuando ya no pude bailar pues cogí los pinceles y seguí, creo que no se me daba mal y, sobre todo, el colorido que tienen mis obras no lo logra cualquiera, es diferente, más vivo, que no lo digo yo, me lo han dicho gente como Paco Rabal, Camilo José Cela o el mismísimo Picasso, que ya son palabras mayores.

– ¿Que le dio a La Chunga el baile y que le ha dado a Micaela Flores la pintura?
– Es diferente. El baile me lo dio todo. Es baile es tristeza y el gloria, es mi vida, y me ha pagado con creces. Le pude comprar una casa a mis padres. yo lo he tenido todo, ropa, zapatos, bolsos, maquillajes, he dormido en los mejores hoteles... lo que quisiera, todo ha salido del baile.

– Y ha sido la musa de algunos de los personajes más reconocidos de nuestro país, desde Blas de Otero a Alberti, Dalí, León Felipe, Cela...
– Mira, yo lo de musa me parece bien, si ellos lo dicen, pero yo no me lo creído jamás y ¿sabes por qué?porque de eso no se vive, no se come, de ser musa no le compraba yo a una casa a  los padres. Yo de lo que  viví es del baile y eso es lo más grande que hay.

– Han salido en la conversación grandes nombres de nuestra cultura, ¿quién es el que más le ha impresionado de todos?
– Picasso, sin duda. Cuando lo vi me quedé con la boca abierta, aquellos ojos negros y profundos, su cara redonda... No me salían ni las palabra.

– Si le hubieran salido, ¿qué le habría gustado decirle?
– Yo era una niña. Si es hoy le habría pedido que me pintara algo en la mano que no me la iba a lavar en toda la vida.

– ¿Y Dalí?
– Dalí era un desvarío absoluto, estaba tan tranquilo y veía a la prensa o a alguien que quisiera impresionar y se ponía como loco.  

– Camilo José Cela siempre hablaba de usted y siempre bien, que no era nada  habitual en el gallego.
– Yo creo que el Cela real lo conoce muy poca gente, era mucho más sencillo de lo que siempre se dice y más cercano. Cuando estaba casado con la primera mujer iba mucho a Mallorca y cuando iba a verlos siempre me preparaban unas galletas redondas sin sal que a mi me encantaban. Yo tuve la suerte de conocer al otro Cela, no ese huraño que tantas veces aparecía por ahí.

– ¿Cuántas veces le han preguntado por su relación con Ava Gardner?
– Todas y yo encantada porque era una mujer maravillosa. No solo bella, que lo era, espectacularmente bella. Era impresionante la cara que tenía y ¡qué tipo! Aquello sí que era belleza.

– ¿Cómo la conoció?
– Ella vino a verme cuando actuaba en ‘El corral de la Morería’, estuvo viendo el espectáculo, bebiendo cerveza, y al final de la actuación me pidió que actuara para ella en su casa.

– ¿Y actuó?
– Por supuesto, es un recuerdo muy bonito. Como me había visto bailar descalza, nada más que entré en la casa apareció con una palangana de agua caliente y sales, me metió los pies en ella para que los tuviera descansados para bailar.

- De verdad no sabe cuando nació.
- No, pero no es por ocultarlo. Yo le preguntaba a mi padre que cuándo había nacido y él siempre me decía que ‘por la vendimia’, pero no sabía de que año. Es asín que no sé ni el año, ni el mes, y el día creo que fue el 5, lo único que sí me dijeron con toda seguridad es que nací en Francia, en Marsella, donde mi padre había ido de emigrante a buscarse la vida.
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