María Jesús Álvarez, leonesa de 87 años a la que en los ambientes radiofónicos conocen por Chusa, es uno de los grandes nombres de la radio española, pionera en muchos aspectos desde sus matinales en Radio Nacional pero que, curiosamente, su magnífica voz que siempre llaman «de terciopelo» se perpetuó para millones de usuarios por ser la elegida para anunciar las diferentes estaciones a los viajeros. Y es más conocida como «la voz del Metro» que la de Radio Nacional, algo que ella entiende: «Son millones de usuarios y, además, hace muchos años que no estoy en antena».
Tan popular —y legendaria—es su voz que a sus 87 años se encontró con una propuesta que ni se imaginaba: «volver a grabar para el Metro de Madrid». Ydijo que sí.
Tenían que grabar —la leonesa odia la palabra locutar—para anunciar la reciente ampliación de la Línea 3, desde la estación de Villaverde Alto hasta la de El Casar, y se acordaron de la leonesa de voz de terciopelo y también de su habitual compañero hace décadas, Javier Dotú, también bautizado como «la voz masculina del Metro». Y la leonesa cogió su coche —en el Metro se marea—y se presentó en los estudios.
La grabación era ‘sencilla’, la clásica de siempre:
- Próxima estación...(Javier Dotú),
- El Casar- (María Jesús Álvarez).
-Correspondencia con... (Dotú).
-Línea 12 y Cercanías Renfe. Final del trayecto. Para efectuar la salida de la estación deberán disponer del tipo de billete correspondiente (remata la leonesa).
¿Que si ha perdido facultades? No parece pues algún usuario colgó el diálogo en las redes y pronto descubrieron que aunque se nota que tiene 87 años «sigue siendo la voz de terciopelo del Metro de Madrid».
María Jesús Álvarez se inició en el mundo de la radio en León;coincidió aquí con gente como Paco Umbral o Luis del Olmo y cuando ellos se fueron a Madrid también lo hizo ‘Chusa’, en 1961.
Pronto se abrió camino, tuvo su programa en RNE, fue la primera en sacar los micrófonos en la calle... y seguía regresando con mucha frecuencia a León, hasta que falleció su madre y comenzó a venir menos; aunque siempre dice: «Umbral, de quien me hice amiga en León, siempre decía que soy más leonesa que la Catedral»; cualidad a la que Álvarez concede otra virtud añadida: «La dicción, tengo la dicción de los leoneses, perfecta;que la voz me la daría Dios, pero la dicción me la dio mi tierra».