Y lo es. Impresiona un poco más colocada sobre la plataforma construida a base de ruedas de camión rellenas de hormigón. También la propia moto tiene ruedas de camión rellenas de más de un metro de diámetro; a su lado parecen de juguete las motos que se detienen en este local de referencia para moteros. Este vasco afincado en Villamanín hace menos de un año —abrió el 2 de julio de 2021— se muestra convencido de que la «moto más grande» funcionará como reclamo tanto para quienes pasan por esta transitada carretera como para las gentes de la comarca: «La verdad es que no me puedo quejar de cómo ha funcionado 3M en este año que llevo aquí; el verano fue bueno, ya firmaría que este que se acerca fuera igual pero siempre le estoy dando vueltas en la cabeza a cosas, no se estar quieto, así he sido siempre». Y reconoce que viendo el éxito de iniciativas como el columpio de Riaño pensó en algo parecido y «dado que es un lugar para moteros, pues una moto». Y se puso manos a la obra. Las ruedas de uncamión, el depósito, los tubos de escape y las defensas de motos viejas; puntales de obra convertidos en barras, extintores, la base de expansiónde una caldera,un foco de una nave vieja... «todo es reciclado, cumpliendo con los tiempos que corren», explica Alejandro que remató los detalles con una matrícula de Andorra y le colocará una pegatina de haber pasado la ITV «hace años». Recuerda este inquieto industrial cómo decidió instalarse en este lugar que había sido una antigua panadería y en el que hizo un curioso ‘estudio de mercado’, como nos contaba cuando abrió el 3M: «También fue un estudio ‘artesanal’, como la moto, ya que lo hice yo mismo. Me coloqué con mi furgoneta en esta carretera y en una libreta iba haciendo una raya cuando pasaba uncoche, otra para los camiones, otra cuando pasaban motos. Me di cuenta de que había muchas rayas de motos y me dije que era una carretera de moteros, si le sumas que yo también lo soy, estaba muy claro».
Se completo la cuadratura del circulo con que acababa de cerrar la panadería y se alquilaba el local, lo acomodó el nuevo uso —aprovechó los hornos que se ahora pueden ver en el interior del bar— e hizo una original taberna burguer muy del estilo película americana de moteros, modelo Ruta 66, «en definitiva, que el lugar también pedía unas buenas y contundentes hamburguesas, que las tengo. Trabajo las hamburguesas, sobre todo, buenos bocadillos, algunas raciones y jarras de cerveza, lo que nos gusta a los moteros, aunque en el futuro pienso en ampliar a parrilladas moteras, hacer quedadas, algún concierto de música de la nuestra... pero dame tiempo que no salgo de una cosa y ya estoy pensando en otra».Nada más acabar de colocarla y soldarla al suelo ya comenzaron a hacerse fotos en ella los primeros moteros que pasaron, y algún colaborador, como «los Jose, de Pola, que son soldadores y fueron la única ayuda que necesité, que yo soldar no sé. El resto ya sabes, esta cabeza y mucha chatarra que ahora es... la moto más grande».