Villamañán vuelve a vivir su tradicional fiesta 'manouche'

El Villamajazz celebra su XII edición durante todo este fin de semana con un programa formado por diez conciertos

Emilio L. Castellanos
07/09/2017
 Actualizado a 11/09/2019
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Joaquín Tejedor hace alarde siempre de sus dos auténticas devociones: Villamañán y jazz manouche. Por eso, hace ya doce años, encontró en la organización de un festival musical, al que bautizó como Villamajazz, la razón ideal para aunarlas. Desde entonces, este se ha ido celebrando de manera ininterrumpida, consolidando así una propuesta que, con el swing sirviéndole de eje, apuesta por un modelo de fiesta abierta y participativa donde el jazz se degusta a pie de calle y los lazos entre público y músicos acaban siendo especialmente cómplices dada la inexistente distancia que los separa. Aunque el Ayuntamiento de Villamañán y la Diputación de León participan en su financiación, es el mismo festival el que afronta la mayor parte del presupuesto con la comercialización de su propio ‘merchandising’: pegatinas, camisetas y chapas que la gente de Villamañán ostenta conorgullo a lo largo de los tres días del Villamajazz, lo que dota de una nota de color al ambiente tan especialquese disfruta en esa localidad leonesa de poco más de mil habitantes que, con el festival plenamente afianzado, ya es uno de los grandes referentes españoles del denominado jazz manouche (o gypsy jazz, o swing), esa manifestación musical que germinó principalmente a principios de siglo XX, que adoptó el uso de la cuerda como su principal seña de identidad, que se extendió por toda Europa gracias a la acción de los gitanos nómadas de países como Francia y Bélgica y que convirtió al guitarrista Django Reinhardt (poseedor de una técnica insuperable que se ha transmitido de generación en generación y miembro de grupo tan celebrado y legendario como el Quintette du Hot Club de France) en uno de los músicos más influyentes de la historia del jazz.

Actuaciones a pie de calle y proximidad entre músicos y público, señas de identidad del festival El Villamajazz vuelve este fin de semana a Villamañán. Coincidiendo con las fiestas de la Virgen de la Zarza, a las que complementa y con las que jamás rivaliza. Y lo hace otra vez bajo la batuta de un Joaquín Tejedor que se ha entregado a su organización a lo largo de todo el año. No es sencillo dado el carácter específico del festival y aun así año tras año la programación acaba recibiendo el aplauso unánime de las miles y miles de personas que participan en su desarrollo y colman los rincones de las calles de Villamañán, convertidas en escenarios que albergarán momento exclusivos y donde puede pasar cualquier cosa, como esas jam sessions que improvisan los músicos participantes y que pueden concluir cuando la madrugada empieza a clarear. La liebre es el icono del festival. Se repite en los carteles, en las camisetas, en las chapas... Y cada año se tiñe de un color diferente para que las respectivas ediciones tengan un motivo que las diferencie de las otras. El de este año, la que arranca este viernes y se prolonga hasta el domingo, es el verde y se hará visible a cada instante y sobre todo en los diez conciertos que articulan un programa que reivindica el marco popular donde se encaja. «El éxito del Villamajazz reside precisamente en la cercanía, en la proximidad. Huimos de la solemnidad y los grandes escenarios y nos decantamos por algo más íntimo. Queremos un festival participativo y en esa línea seguimos. Si a la gente le gusta así, por qué cambiar», asegura Tejedor, abogado que pronto se sintió atrapado por el mamouche en su afán por perfeccionar su formación como guitarrista y a cuya glorificación ha contribuido desde la filas del grupo Swing Combo. «El secreto de nuestro éxito está en la gente. Ellos lo disfrutan, se lo pasan bien... Y eso ya lo compensa todo».

Diez conciertos


El festival gira en torno al magnetismo deljazz manouche, pero siempre reserva espacio para otros paisajes sonoros. Así, en la edición de este año, ha abierto las puertas a dos grupos leoneses que cultivan músicas que, sin ajustarse totalmente a los cánones jazzísticos, les guardan proximidad. Así, la primera jornada del Villamajazz, mañana, a partir de la medianoche y en la Plaza La Leña, podrá degustarse el funk de The Makers y el blues (con aderezos de soul y funk) de The Gym Family Tonic. Poco antes, a las 22 horas y en la Calle Mayor, el grupo leonés Rädio Lulú volverá a participar en el festival con una propuesta que suma swing con otros estilos musicales y que nace de la suma de los talentos del guitarrista Emilio Saiz y la cantante Leticia Robles, a los que se sumará el contrabajista Javi Baíllo. También de León es el Tri Full Jazz, grupo que arrancó su trayectoria en la primera edición del Festival al que, desde entonces, ha sido siempre fiel. La Plaza La Leña será escenario de su tradicional concierto vermú el sábado día 9 (13:30 horas), que coincide con la tradicional paellada y durante el que interpretará una selección de estándares.

Tejedor: "Huimos de la solemnidad y los grandes escenarios y nos decantamos por algo más cercano" El programa de conciertos se inicia el viernes, a las 20 horas y en la Plaza Mayor, con el grupo de Tenerife Nicotine Swing, que aprovechará su visita a tierras leonesas para presentar su nuevo disco, ‘Nuevo’. Su actuación constituye la primera aproximación del festival al territorio manouche. Ya el día siguiente, la gente de Villamañán se reencontrará con uno de los grupos a los que profesa mayor devoción, Aguardiente Swing,grupo alicantino que repasará en la Plaza Mayor (20 horas) parte de su repertorio, en el que manouche se estrecha con otras texturas musicales. La jornada del sábado se cierra, a partir de la medianoche, en la confluencia de las calles La Amargura y Mayor con el concurso primero de Elvis Gypsy Project (proyecto que abandera el guitarrista vallisoletano Alberto Blanco donde swing y las canciones de Elvis Presley se funden) y luego de la Swing Machine Orchestra, una orquesta de doce músicos obra de Suso Moreno y Raúl Márquez, probablemente el mejor violinista español manouche del momento, que pondrá un acento singular a la noche.

Quizás uno de los momentos más esperados para los amantes del swing sea el concierto de las 13:45 horas del domingo, día 10, en la Plaza Mayor organizado para la ocasión y protagonizado por un grupo, Jazz Trío, en el que intervendrán tres de los músicos más representativos del manouche nacional; el contrabajista Gerardo Ramos, el guitarrista Daniel Barbieri y el violinista Raúl Márquez. Posteriormente, ya a las 20 horas y también en la Plaza Mayor, el Villamajazz echará el cierre con una actuación de Madrid Hot Jazz Band, que pondrá la nota más festiva con su sonido dixie.
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