Un verano para descubrir-las

En la última entrega de este curso de caminos femeninos por el arte, la autora propone una intensa oferta de actividades para este verano protagonizadas por mujeres

Mercedes G. Rojo
24/06/2025
 Actualizado a 24/06/2025
El prestigioso y cuidado premio Semilla de Oro de Gordoncillo fue a manos de una mujer, Irene Andres Suárez.
El prestigioso y cuidado premio Semilla de Oro de Gordoncillo fue a manos de una mujer, Irene Andres Suárez.

Llegamos al final del primer semestre del año y con ello al final de un nuevo curso, pues, para el desarrollo de esta sección, caminamos temporalmente por los mismos tiempos del curso académico, de octubre a junio. Es, por tanto, tiempo de reflexiones y también tiempo de replanteamientos.

Y comenzamos por una reflexión. Qué nadie se me vaya a ofender... pero las mujeres, en esto de lo cultural, seguimos teniendo mucho menos espacio visible, a pesar de que no paremos de hacer cosas. Y a pesar de las excepciones como es el caso del recién entregado premio “Semilla de Oro”, desde Gordoncillo, donde este año, en su cuarta edición, la protagonista ha sido una mujer: Irene Andres-Suárez, una leonesa oriunda de Omaña, y primera catedrática del hispanismo suizo. Bien es verdad que más que de una creadora se trata de una investigadora, pero con una amplísima obra que, entre otras, cuenta con el valor de haber defendido a capa y capa la literatura de nuestra propia tierra. Pues bien, llámenme maniática, pero desde mi perspectiva, el acto no ha contado para nada ni con el mismo favor del público ni con la misma repercusión de la prensa. ¿Casualidad? Pues no sabría qué decirles, pero a estas alturas de la vida hace mucho que he dejado de creer en las casualidades. Lo que también es de agradecer a quienes están detrás de la organización de estos premios, es que a la hora de planifica el bonito detalle con el que nos obsequiaron a los asistentes a la entrega del premio, tuvieran en cuenta la paridad. Se trata, en concreto, de la pequeña colección de postales literarias “con la finalidad de unir nuestro presente literario con aquel pasado del que venimos”, una edición de seis postales en las que la mitad están dedicadas a nuestras mujeres: dos narradoras y una poeta: Manuela López Gª, Josefina Aldecoa y Elena Santiago, ¿les suenan, verdad? Su imagen y una pequeña muestra de sus textos nos queda de recuerdo ya para siempre.

En cuanto a las lecturas en las que podríamos sumergirnos durante estos largos días de verano, no vamos a detenernos en demasía, pues hay una amplia oferta, de todos los géneros y para todas las edades, escritos durante los últimos meses por muchas leonesas, en los que podríamos sumergirnos, ya seamos lectoras o lectores. Claro que hay muy pocos hombres que reconozcan abiertamente que ellos también leen literatura escrita por mujeres (que no “para” mujeres), lo que supone un hándicap claramente negativo para nosotras, porque, claro, si los críticos son fundamentalmente hombres ¿cuáles van a ser las obras que recomienden? Y si muchas de nosotras elegimos, a la hora de nuestras lecturas, las obras que se ajustan más a los cánones establecidos hasta ahora, ¿cómo vamos a cambiar la situación? No son pocas las veces que se nos acusa de que entre nosotras solo hablamos de lo que hacen las mujeres. Yo estoy convencida, por lo que acabo de decir, que esto no es así, aunque he de reconocer que en mi caso sí lo es. Es lo que hay, es mi opción. Discriminación positiva se llama, porque si nosotras no hablamos de lo que nuestras compañeras hacen, si no las acompañamos en sus recorridos, si no recomendamos sus libros y sus obras, si no nos peleamos en las aulas a brazo partido para que ellas estén ahí en igualdad de condiciones y no como una mera anécdota, no habrá nadie que lo haga por nosotras. Y tal vez solo así, partiendo de la base, consigamos llegar algún día a cambiar la situación y que se nos mida exclusivamente por lo que hacemos y no por lo que somos, mientras tanto necesitaremos seguir dándonos oportunidades para que eso llegue a ser una realidad palpable.

Pero vayamos al planteamiento de actividades de cara a esta época estival recién estrenada, actividades con un marcado sabor femenino y no por ello exclusivamente para mujeres, que vaya manía que tienen algunos con el tema. Y es que las artes son universales, más allá de quienes sean sus actores/actrices protagonistas. Por ejemplo: el verano en León es también tiempo de cine, y así nos espera algún que otro festival en la provincia, que nos permitirán prestar atención a aquellas cintas escritas, protagonizadas, producidas, dirigidas por mujeres. Y con especial empeño a los detalles. Normalmente las mujeres están más presentes en el mundo documental. Ya hemos hablado alguna vez de las causas, pero no vendría mal que, personalmente no olvidemos preguntarnos por las mismas. Y después, disfrutar del cine. La primera cita nos llega de la mano de la programación de Luna de Cortos, surgido inicialmente en Veguellina. Ahora, que va ya por su XII edición, podemos disfrutarlo (ya desde hace varios años) desplazado a la vecina localidad de Riego de la Vega, este año, en concreto, entre el 27 de julio y el 2 de agosto. En sus últimas ediciones, las mujeres están abiertamente representadas en el mismo a través del premio “Mejor cortometraje Cine y Mujer” que se corresponde con una de las cuatro categorías a concurso. En la misma podremos disfrutar de doce títulos, todos ellos dirigidos, en su inmensa mayoría, por mujeres, protagonizados por ellas cubriendo etapas que van desde la infancia hasta la senectud y mostrándonos situaciones y problemas cotidianos de los que apenas se habla pero que nos marcan y/o preocupan a todas de una u otra forma. Y, como anécdota, señalar que este año el cartel presenta un clarísimo guiño a la presencia de la mujer en el cine.

Luego, en las ya postrimería veraniegas, a comienzos de septiembre una nueva edición del Festival de Cine de Astorga, que ya va por su XXVIII edición, y que se celebrará en la capital maragata del 1 al 9 de septiembre. Suponemos que muchas de las cintas que se presentan tengan también detrás el trabajo de directoras, guionistas, productoras,..., y que nos muestren realidades directamente relacionadas con las mujeres y que nos muestren también su particular punto de vista.

Y hablando de documentales o temas sociales, abordados por nuestras mujeres, no podemos olvidar el fantástico trabajo (y no siempre reconocido en nuestras tierras, las suyas) de la directora, guionista y productora leonesa Isabel Medarde, que está a cargo de Bambara Zinema. Hace algunos meses estrenó el documental “El tren del olvido”, un documental altamente recomendable sobre la situación del tren de la Feve, que ahora, tras su paso por diversos festivales de cine, podrá verse, en un proyecto de difusión de la obra en el que colabora el Instituto leonés de Cultura, durante este verano y algo más en diferentes pueblos del recorrido de la FEVE León-Bilbao. Una magnífica excusa que nos permitirá concoer de primera mano a sus protagonistas y responsables, en los marcos incomparables que nos ofrecen los cada vez más olvidados pueblos que dicha red ferroviaria debería atravesar con más frecuencia.

Y tras el cine nos vamos al marco formativo, que también para el mismo hay espacio durante los meses veraniegos, un congreso de carácter internacional, organizado en Astorga por la Asociación de Amigos de la Casa Panero, del 22 al 24 de julio, pondrá, por fin, el punto de mira en ellas, las que también estuvieron ahí, las tantas veces olvidadas. Bajo el título de «Hacia el 27: creadoras en la Edad de Plata», el encuentro pretende acercarse a “la mujer creadora e intelectual de dicha promoción”. Con áreas temáticas que pasan por las “poetas y narradoras”, las “creadoras teatrales: dramaturgas, actrices, directoras de escena, figurinistas, escenógrafas, etc.”, “las ensayistas, filósofas, periodistas y traductoras”, las “músicas, pintoras y arquitectas” de esta generación; o las “instituciones culturales femeninas: Residencia de Señoritas, Lyceum Club, etc.” que tuvieron auge en aquel entorno temporal, y que aglutinaron a muchas de ellas; con un plantel mayoritariamente femenino para hablar de ellas, entre las más conocidas –como María de Maeztu, María Zambrano, Rosa Chacel, Concha Méndez, Mª Teresa León, Carmen Conde,....- y otras que no lo son tanto pero a las que, precisamente por ello, hay que reivindicar, ha logrado colarse nuestra queridísima Manuela López García, de la que tendré la oportunidad de hablar a través de una comunicación específicamente dedicada a ella y a la amplia y, en muchos casos, aún desconocida obra que nos dejó. También habrá presencia femenina en el V Curso de Verano “Antonio Colinas”, que bajo el título “Poesía: palabra e imagen”, también le hará un guiño – aunque en este caso de manera muy minoritaria- a la poesía escrita por mujeres, en concreto a través de las figuras de Mónica Velasco y de Elena Díaz Santana.

Si todo esto o mucho más hay en nuestro panorama cultural, ¿por qué en muchos casos no nos enteramos de los actos que las acogen? Quizá sea verdad que las mujeres, a pesar de todo nuestro trabajo creativo o investigador, empleamos menos tiempo en promocionarnos, en darle visibilidad a nuestro trabajo, y es que en líneas generales, la literatura, el arte, la cultura,..., aunque alimente el alma, no dan de comer, y el tiempo que hay que dedicarle a promocionar los resultados (esa fase que, más allá de lo más íntima que supone el proceso de creación propiamente dicho) sigue robando demasiado tiempo y espacio a la vida cotidiana, espacio que en muchas ocasiones implican que hay que restárselo a todas esas obligaciones de las que seguimos rodeadas las mujeres en nuestro día a día más familiar.

En mi caso, y sin tratar de olvidarme de mí misma (porque aunque no lo parezca una también tiene una obra propia que quiere y debe promocionar) mi verano va a estar dedicado –principalmente y entre otros asuntos- a seguir dándole visibilidad a ellas, especialmente a la que ha sido y es nuestra protagonista en el homenaje anual que, por el mes de marzo, hacemos a unas ancestras. Sí, eso es, a Faustina Álvarez García, en cuyo perfil el hecho de haber sido la madre de Alejandro Casona debería quedarse en mera anécdota, pues son otros méritos, los propios, los que hicieron que fuera escogida para ese más que merecido homenaje. Y es que, en un momento en el que tantos de los valores por los que las mujeres de otras décadas lucharon con denuedo se tambalean firmemente, sus palabras, su tesón, su ejemplo, deberían estar más presentes que nunca. Ella ha sido la homenajeada del pasado mes de marzo por casi medio centenar de firmas leonesas, la mayoría femeninas porque así lo pide el proyecto, y ahora toca dar a conocer los motivos que a ello nos movieron y el legado tan importante y tan actual que nos dejó en relación con la mujer, desde su etapa primaria hasta la universitaria. Y así, encuentros promovidos en torno a ella recorrerán, entre julio y agosto, diferentes puntos de nuestra provincia, y también de Asturias, en encuentros y ferias del libro, para hablar sobre su figura y su legado, lugares ya confirmados como La Bañeza, Avilés, La Vecilla, Riolago de Babia, Villafañe, Canales, Murias de Paredes, Benavente, Truchas o Santa Colomba de Somoza, entre otros que se irán sumando a ellos.

Y será tiempo, también, de recopilar información sobre algunas de las que se convertirán en protagonistas de los próximos meses, a partir del mes de octubre, cuando vuelva a estas páginas tras el paréntesis que, a partir de la próxima semana, en un nuevo periplo veraniego, me llevará a recorrer literariamente paisajes en ruina por el Reino de León, gracias a la cámara fotográfica de Olga Orallo, como ya hicimos durante el verano pasado, lugares que también forman parte de nuestra Historia, y en la que también estuvieron ellas aunque el olvido que cae sobre dichos lugares se haya llevado también su huella y su recuerdo de una forma aún más definitiva que la de los hombres que trajinaron por los mismos.

Y ya para terminar, además de lo que he comentado con anterioridad, sé de muchas compañeras que aprovecharán estos meses estivales para mostrar su obra en diferentes puntos de la provincia: libros, exposiciones de diversas artes, recitales... Les invito a que salgan de sus espacios de confort y se dejen cautivar por su buen hacer. Estoy convencida de que, en muchos casos, se sorprenderán y de que dicha sorpresa será, sin duda, para bien. 

Volvemos en octubre.

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