Una reflexión escénica sobre los mecanismos del poder

‘El procedimiento’, que este sábado se representa en El Albéitar, reclama la intensidad del teatro clásico a través de la confrontación entre dos personajes

Joaquín Revuelta
07/02/2015
 Actualizado a 30/08/2019
Chema Ruiz y Daniel Martos mantienen un intenso duelo interpretativo en ‘El procedimiento’.
Chema Ruiz y Daniel Martos mantienen un intenso duelo interpretativo en ‘El procedimiento’.
‘El procedimiento’ es un proyecto escénico para Teatro del Astillero que ha escrito Raúl Hernández Garrido y dirigido Luis Miguel González Cruz, en el que se reflexiona sobre los mecanismos del poder y como éste "instaura inquisiciones y luego se justifica ajusticiando a los mismos inquisidores que antes le han servido", en palabras de los artífices de este montaje que hoy se representa a las 21:00 horas en el teatro El Albéitar con entradas a 8 euros.

Los hechos que sirven de precedente al cuerpo a cuerpo que libran en la función los actores Chema Ruiz y Daniel Martos son de sobra conocidos. Los prolegómenos de la final de la Copa del Rey que disputaron el 13 de mayo de 2009 el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao. Antes de que se inicie el partido, con los dos equipos ya formados y ante la presencia del Rey, ambas hinchadas pitan el himno nacional de España impidiendo que llegue a oírse en el campo. Televisión Española suprime del directo la transmisión del momento de la interpretación del himno nacional y la escandalosa pitada de los extremistas, y en su lugar opta por realizar conexiones fuera del estadio. El Ente Público difunde tras el encuentro un comunicado en el que reitera que todo se ha debido a un «error humano», y pide disculpas a la audiencia por lo acontecido. Las consecuencias no se hacen esperar. Se produce la destitución de la directiva de deportes de TVE y se decide abrir un expediente informativo que involucra en el hecho a los realizadores y personal técnico del encuentro.

Con el pretexto de estos sucesos, Raúl Hernández Garrido construye una obra que recupera la esencia misma del teatro, dos actores enfrentándose cara a cara y convirtiendo cada palabra que se lanzan el uno al otro en un arma afilada. Dos actores en un espacio cerrado del que no pueden escapar y que mantienen, como si se tratara de dos púgiles, un combate desigual en el que el poderoso jefe de producción trata de salvar el culo haciendo responsable de todo lo sucedido al más débil director de antena. Lo que se produce es un duelo en el que cada cual hace uso de sus armas.

Hombres frente a frente

Tanto Raúl Hernández Garrido como autor y Luis Miguel González Cruz como director reivindican en ‘El procedimiento’ la vuelta a los orígenes teatrales que representaron Tespis como el primero en introducir al actor de forma aislada, Esquilo que lo hizo con solo dos actores en escena, Sófocles con tres, o Aristóteles que defendía la unidad de acción. Para los artífices de ‘El procedimiento’, el teatro actual parece reclamar la intensidad del teatro clásico, «el juego entre dos fuerzas, como mucho tres encima de la mesa». Probablemente a ambos una propuesta como ‘El método’ les parece ya demasiado coral, aunque la obra de Galcerán cumpla los requisitos de la unidad de espacio y tiempo. "La necesidad de volver a esa esencia puede ser una respuesta a la desproporción actual de las grandes puestas en escena", vienen a decir Hernández Garrido y González Cruz a través de un montaje que cuenta con dos actores y un espacio vacío, donde la fuerza de la palabra suple cualquier otro aderezo teatral.
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