Como el resto de los córvidos, el arrendajo es un oportunista por naturaleza. Aprovecha el menor descuido de otros animales para robarles su comida, o incluso los huevos de otras aves. En otoño e invierno se alimenta de bellotas, avellanas, castañas o escaramujos.

A parte de su característico sonido de alarma, los arrendajos son capaces de imitar cantos de otras especies, incluso de algunas rapaces. Precisamente con estas últimas, utilizan una estrategia de defensa muy peculiar, acosándolas en grupo hasta que logran alejarlas.
Se han observado en el arrendajo comportamientos que denotan su alto grado de inteligencia, como por ejemplo el uso de ciertos objetos a modo de herramientas, una gran memoria, o ciertas estructuras sociales y de comunicación entre individuos de su misma especie.
El hecho de guardar alimentos para épocas venideras más desfavorables ya implica una lógica y una capacidad de anticipar y prever el futuro, que no es muy común en el mundo animal.
Algunos estudios estiman que esta ave es capaz de movilizar hasta 5.000 bellotas cada año, y diseminarlas en distintos escondites, muchas de las cuales serán olvidadas y acabaran germinando.
Un llamativo penacho azul claro y blanco destaca sobre su cuerpo de color canela, lo que le hace fácilmente identificable, peropor su carácter desconfiado es bastante más fáciloír que ver aeste verdadero cultivador o sembrador de bosques silvestres.