Un escritor brújula

Por José Javier Carrasco

15/04/2021
 Actualizado a 15/04/2021
El autor de la novela de José Javier Carrasco.
El autor de la novela de José Javier Carrasco.
‘La vida nueva de Antonio Roldán’
José Javier Carrasco
Editorial Punto Rojo


Si tuviera que definir mi novela, ‘La vida nueva de Antonio Roldán’, la definiría como peculiar y compleja. No es el relato habitual en el que se suceden con una continuidad temporal una serie de hechos y una trama que definan a los personajes y cuenten una historia. En realidad al terminar de leer el libro el lector puede que se pregunte cuál es el motivo conductor del libro, ya que son varias las historias en apariencia ajenas al personaje central, que asoman en sus páginas. Eso, los saltos en el tiempo y la estructura de puzle del segundo capítulo, es lo que la hacen peculiar y compleja. La explicación a ambas características se debe al proceso de elaboración. Un verano, encontrándome solo en casa, decidí comenzar una narración que no sabía ni las páginas que tendría ni de qué iba a tratar. Con la única condición de dedicar un tiempo determinado a escribir, dos horas, también a una hora determinada, las once de la noche, fui trenzando una historia más o menos coherente. Transcurridos unos cuantos años, después de acudir a un taller literario impartido por la escritora valenciana Miriam Alonso decidí rehacerla. Cambié el orden de algunos capítulos, añadí uno nuevo, hice encajar las piezas sueltas y pulí su estilo, haciéndola más asequible, un poco menos experimental, respetando lo esencial. Fue un proceso lento y laborioso, todo lo contario a la primera redacción, fluida y espontánea.
En ese mismo taller se nos habló de dos tipos de escritor, el de mapa y el de brújula. El primero, al ponerse a escribir, tiene un plan más o menos preestablecido, sabe de qué va a tratar su novela o relato, los personajes que incluirá y un desenlace probable. El segundo nada sabe, escribe sobre la marcha, trama y personajes salen a su paso como el trazado de una ciudad desconocida que se muestra por primera vez ante nosotros a medida que avanzamos por ella. Todo es nuevo, todo sorprende. No sabemos lo que nos espera al doblar la esquina. Descubrí que yo era un autor de brújula. La novela se había hecho en parte ajena a mí –igual a cómo propugna el escritor sudamericano que aparece en el primer capítulo de ‘La vida nueva de Antonio Roldán’–, atento solo a la voz que me guiaba como el hilo de Ariadna guio a Perseo, durante aquellas dos horas de escritura en la soledad de mi habitación de un caluroso agosto, escuchando a mi yo más profundo. Ahora, una vez montadas las piezas, correspondía al lector encontrar el sentido de la obra, su mensaje. También yo debía buscarlo, averiguar qué había intentado decir en aquel mes que duró la primera redacción.

El tiempo en el que se sucedían los hechos narrados abarcaban algo más de treinta años, en varios escenarios, dos ciudades de provincias, un pueblo, Madrid y la hospedería de un convento en un lugar indeterminado. Una galería de personajes relacionados de forma directa o indirecta con Antonio Roldán, ese extraño militante monárquico que se retira a un pueblo a filmar ‘La vida nueva’, se daban cita en la novela, contribuyendo a dibujar una imagen del protagonista, al tiempo que se definían a sí mismos. Al no haber un hilo narrativo claro, todos los hechos y la psicología de los personajes, cobraban una relevancia especial, tenían una dimensión simbólica y respondían a motivaciones no siempre fáciles de descubrir, en un tiempo tormentoso de la historia contemporánea de España, el paso accidentado de una dictadura a una democracia. La novela creaba un espacio narrativo tan singular como la casa –metáfora de la propia novela– que descubre el protagonista en el último capítulo. Pero en ella solo nos sentiríamos a gusto si nos olvidábamos de pretender que las cosas funcionaran como estamos acostumbrados a que funcionen, si nos dejábamos llevar y aceptábamos unas nuevas reglas, una nueva forma de leer. Así lograríamos habitar y dar sentido a esa casa, la narración en la que el lector es otra parte esencial de lo que se cuenta. Comprendí que la novela funcionaba como un caos a ordenar –el del montón de piezas del puzle, al que me refería más arriba, antes de lograr encajarlas–, y donde cada lector era libre de hacerlo en el orden que considerara conveniente, guiándose con su propia brújula, igual que yo me guie por la mía hasta lograr darle fin y comprender, después, su mensaje: no desperdiciar las oportunidades que se ofrecen de introducir algún cambio en nuestras vidas, se presenten donde se presenten, y sin tener en cuenta la apariencia bajo la que lo hagan.

‘La vida nueva de Antonio Roldán’ se puede adquirir en Editorial Punto Rojo, librerías Artemisa, Valderas y Pastor, y en internet en https://libros.cc, www.todostuslibros.com y www.casadellibro.com .
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