Un autor de largo recorrido

Alberto Rodríguez Torices, vizcaíno afincado en León, recibió este lunes el IV Premio de Novela Corta ‘Fundación MonteLeón’ por ‘Sacrificio’, una reflexión sobre la culpa

Joaquín Revuelta
29/12/2015
 Actualizado a 30/08/2019
Un momento de la entrega del premio al escritor vizcaíno afincado en León, Alberto Rodríguez Torices. | MAURICIO PEÑA
Un momento de la entrega del premio al escritor vizcaíno afincado en León, Alberto Rodríguez Torices. | MAURICIO PEÑA
El autor vizcaíno afincado en la localidad leonesa de Valdefresno, Alberto Rodríguez Torices, recibió este lunes el IV Premio de Novela Corta ‘Fundación MonteLeón’ por su obra ‘Sacrificio’, que fue elegida entre cerca de 150 manuscritos por un jurado presidido por el lingüista y académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, que destacó la narración "fresca y lineal, sin trucos y nada barroca" de la obra ganadora, que revela a un "escritor con formas y oficio para seguir escribiendo sabiendo contar historias", siendo esta la tendencia que hasta ahora ha distinguido a este joven certamen y que en el caso de Rodríguez Torices le ha hecho acreedor de los seis mil euros con que esta dotado el premio y la edición de ‘Sacrificio’ a través de la editorial Gadir.

Alberto Rodríguez Torices agradeció en la persona del gerente de la Fundación MonteLeón, Francisco José García Paramio, la existencia y permanencia de este certamen en tiempos de crisis donde la cultura es casi siempre la primera pieza en ser retirada del tablero. Dentro del capítulo de agradecimientos, el autor vasco lo quiso hacer también extensible a los miembros del jurado por apostar por su obra en unas deliberaciones que, señaló, "no fueron fáciles", mostrándose muy satisfecho de las palabras que el jurado utilizó para justificar su elección al asegurar que "esta novela pone de manifiesto las posibilidades de desarrollo como escritor en el futuro", recordó.
También agradeció la presencia de su editor, Javier Santillán, que se desplazó expresamente desde Madrid para asistir a la entrega del galardón.

Por último, quiso hacer partícipes de su alegría a sus padres, a su mujer y a sus hijos, a los que dedicó la novela.
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